En los últimos días mucho se ha hablado de cómo una depresión puede llegar a causar problemas de salud e invalidar a una persona. Y es que no sólo el organismo se ve afectado, sino que también el trabajo de la persona.
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De acuerdo a datos entregados por el Ministerio de Salud, “la depresión genera mayor discapacidad que otras enfermedades crónicas como la hipertensión arterial y la diabetes y concentra más del 40% de las licencias médicas”.
La directora de carrera de sicología visión humanista transpersonal de la Universidad del Pacífico, Mariana Fagalde, explica que la forma en que los problemas emocionales de una persona afecten en el trabajo de ésta dependerá de cada ser humano. “A veces el mundo laboral se vuelve un refugio, y la persona puede incluso rendir más de lo habitual, y en otras ocasiones, el comportamiento laboral puede verse empobrecido”, sostiene.
Ya en forma más concreta, Fagalde explica que el comportamiento laboral “puede verse deteriorado mostrando mayor lentitud y errores frecuentes, dificultad en la concentración con olvidos frecuentes, inadecuado cumplimiento de horario, mayor frecuencia de ausencias injustificadas o abandono del puesto de trabajo por enfermad, frecuentes discusiones y enfrentamientos con los compañeros de trabajo”.
Quien coincide con lo anterior es el gerente comercial de la empresa de outsourcing GrupoExpro, Cristian Carvajal. Éste agrega que el “período de mayor ausentismo por razones emocionales es a mediados de año, pues el cansancio agravaría la manifestación de problemas emocionales”.
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Características personales
Carvajal sostiene que “hay personas que tienen una mejor capacidad de separar el trabajo de su estado emocional, pero en general situaciones emocionales fuertes o abrumantes se reflejan en el trabajo en alguna medida, ya sea mostrando desmotivación, apatía, desconcentración, disminución de rendimiento, aumentos en accidentes, entre otros”.
La académica señala que “la estructura de personalidad define distintos niveles en el control de los estados emocionales, y distintos mecanismos a la base del control emocional”, por lo que el contexto en el que una persona se desempeña laboralmente también influye en el nivel y tipo de mecanismo a utilizar.
