Muchas personas se quejan de las sillas incómodas que tienen en el trabajo, e incluso, las culpan de los dolores en la espalda y pelvis, pero ¿sabemos adaptar nuestro cuerpo a éstas?
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Te recomendamos que al sentarte:
- Relaja tu cuello y mantén los hombros a la altura de las orejas.
- Mantén tus pies pegados al piso y tu rodillas a la altura de la pelvis, con ello, soportarás mejor la fuerza de gravedad.
- Ojo, si presionas el suelo con los pies trabajarás en contra de la resistencia y obtendrás el efecto contrario: una contracción de los músculos. Lo que debes hacer es empujar el suelo, notarás cómo la musculatura se alarga y el cuerpo se eleva. Debes tener la sensación de estar suspendido.
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- Tu cadera debe estar ligeramente echada hacía atrás, manteniendo en el resto de la espalda la curvatura natural (sin tratar de mantenerla recta y pegada totalmente al respaldo).
Al principio, mantener esta postura puede resultar algo incómodo, pero con la práctica activarás los músculos que generalmente no trabajan mientras permaneces sentada y notarás cómo las molestias y dolores de espalda, lumbar y hombros desaparecerán, hasta tu cervical te lo agradecerá.
Fuente: Publimetro México.