Hoy en día todo funciona por incentivos. Cuando los incentivos no son los correctos, los resultados negativos podrían llegar a afectarnos a todos. Es un hecho lamentable que la tasa de natalidad en Chile se encuentre a la baja, esto implica que, año tras año, nuestra edad promedio aumente, algo que a la larga afectará el crecimiento económico del país en 20 años más.
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¿Por qué en Chile cada día tenemos menos hijos? Simple, el costo estimado de formar a un hijo sólo hasta los 18 años (Sin incluír la Universidad), es de $155 millones para el 20% más rico, $46 millones para la clase media, y $18 millones para la gente de menos ingresos. Estos totales incluyen: educación, alimentación, salud, vivienda, vestimenta y transporte.
Con estos enormes costos, los caminos que les quedan a las familias son 2: o tienen menos hijos o se ven obligados a endeudarse para poder brindarles un buen pasar.
El problema es que nadie debería endeudarse en créditos de consumo más allá de un tercio de su sueldo. Cuando ocurre esto, pagamos intereses que son muy altos; sobre el 56% anual. Con todos estos costos, es muy difícil que exista movilización de clases, es decir, que familias de escasos recursos puedan convertirse en clase media (Ojo: muy difícil, no imposible).
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¿Qué podemos hacer al respecto? La clave es tomar conciencia, desarrollar una cultura del ahorro, para que las familias tengan los medios suficientes como para formar a un hijo. Si al menos consiguiéramos ahorrar un 20% de nuestros ingresos mes a mes, podríamos enfrentar estos gastos y tener los hijos que planifiquemos tener. Aunque resolver lo material sólo es el primer paso de la aventura de la paternidad.
Gino Lorenzini
Creador de www.felicesyforrados.cl