El boom de los planificadores, los calendarios o el Do It Yourself son una realidad en tiendas e internet. En tan sólo un par de clicks, puedes encontrar millones de tutoriales sobre cómo armar una libreta perfecta y a tu medida. Pero, ¿de qué nos sirve un planner soñado si no tenemos un lugar donde rellenarlo?
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El escritorio es todo un tema. Algunos lo concentran en su cuarto, otros tienen la opción de tener una habitación especial como oficina o sala de estudio. Cualquiera sea el caso, es importante tener en cuenta ciertos tips técnicos y estéticos para que sea efectivo y cumpla su cometido: concentrarnos y hacernos eficientes en nuestros estudios y/o trabajos.
“Hay cosas muy importantes a considerar. La primera es que sea un lugar de tranquilidad, donde no haya televisión ni distracciones, sobre todo si es un espacio que van a ocupar niños. Segundo, tiene que ser luminoso y cálido. En un ambiente oscuro y frío no dan ganas de sentarse a estudiar. Es incómodo para uno rendir bajo esas condiciones, no nos motivamos”, explica Margarita Ostornol, arquitecta y directora de proyectos de IMO Interiorismo.
“Es relevante la ubicación dentro de la casa. Ahora hay departamentos que tienen home office en los pasillos, pero siento que es difícil trabajar en esos ambientes. Lo ideal es que sea tranquilo, sin mucho paseo de gente ni bulla externa que nos saque del trabajo”, agrega.
Vamos por ese estudio
Se viene la temporada de pruebas y los proyectos laborales ya están bien encaminados; no es una mala idea inaugurar este espacio, si es que aún no lo tienes. Los tonos que recomienda Ostornol son los claros, sobre todo en las cubiertas de los escritorios. “Hay que tener ojo con las bases oscuras que absorben la luz. Si vamos a dedicar el espacio al estudio de manualidades o confección de ellas, lo ideal es que tengamos superficies sobre las que podamos cortar sin dañarlas y que sean lavables, de manera que facilite el día a día y las labores que hacemos ahí durante el tiempo dedicado”.
Ya sabemos que la luz es un factor importante para leer y escribir, por lo que siempre es bueno tener una opción directa sobre la cubierta, ya sea una lámpara de escritorio o una de cielo, pero que esté sobre la superficie. “Si la luz queda detrás tuyo, haces sombra sobre lo que estás trabajando, haciendo todo más cansador”, nos cuenta la arquitecta, quien llama a aprovechar los sistemas led del mercado, que tienden a producir menos sombra.
¿Y para decorar? “Los objetos de decoración van a depender de para quién sea el escritorio. Si es para los menores, es súper lindo decorar con cajitas con lápices de distintos colores, tener otra cajita para las reglas, las tijeras. Hoy venden todo en colores hermosos y se puede armar una onda muy linda con los propios artículos de escritorio. También es recomendable poner libros. Siempre son buenos objetos decoradores, además de útiles”.
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Salgamos de la convención de clasificar los tomos por nombres de autores y atrevámonos a ordenarlos por los colores de los lomos. “Puedes hacer un arcoíris con los lomos o tener una fila de libros rojos, otra de azules, otros verdes, y así. Le da un efecto muy lindo al lugar, mucho más vívido y alegre”.
“En caso de escritorio de adulto, es más amplia la gama de opciones: podemos poner plantas, mapas mundi, libros antiguos, fotos de la familia, todo objeto que haga estimulante el sentarse ahí. Eso sí, tenemos que tener cuidado con convertir nuestro estante o escritorio en el depósito de cachueros de la familia”, sentencia.
Es cosa de tiempo para que esta superficie empiece a almacenar las cuentas, papeles viejos, cajas, remedios, vasos usados, lápices secos, envoltorios de comida. “No caigamos en llenar de cosas feas para la vista. Eso sólo nos aleja del cometido del espacio. Lo ideal es pensar cómo puedo agrupar cosas que sean equivalentes. Por ejemplo, si voy a poner libros, que sean del mismo tamaño, si voy a poner jarrones, que no se llenen de polvo ni ocupen demasiado espacio”.
Comenta que es importante no saturar, que es común que la gente empiece a disponer todo tipo de recuerdos de viajes y eventos que hacen compleja la limpieza y la concentración. “Es mucho más lindo cuando tenemos una cubierta limpia, sencilla, sin tanto ruido visual. Recomiendo tener dos o tres objetos protagonistas y que el resto esté despejado, porque me ha tocado ver cascadas de libros, juegos y papeles que no aportan nada”. Es mucho más práctico cuando logramos ver el fondo a través de nuestro estante o escritorio. Así, logramos que todo el espacio se vea mucho más acogedor y que sea útil durante todo el año.