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Tejas de Chena: Producción industrial+ arte

Katia Grimau es ingeniera industrial, y la nueva jefa de control de calidad de Tejas de Chena, empresa de techumbres del Grupo Etex. Con una capacitación en Inglaterra bajo el brazo, nos habla de optimización de calidad y productividad en el área. 

(Jonathan Little)
Tejas (Jonathan Little)

Por: Valeska Silva Pohl.

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“Todo proyecto nuevo es un reto y, a la vez, una aventura, una apuesta en la que te juegas la experiencia y los conocimientos; un nuevo desafío también, una oportunidad de creer y crear”, señala la ingeniera industrial Katia Grimau respecto a su nuevo cargo en Tejas de Chena. Agrega que este proyecto además le ha renovado el encanto y la magia de esta actividad, que combina la producción industrial con el arte, el diseño, el color y el buen gusto.

Vienes de una capacitación en Inglaterra, ¿cómo fue esa experiencia? ¿Está la industria nacional a la vanguardia o tenemos aún muchos desafíos pendientes?

Como experiencia fue sumamente enriquecedora. Visité plantas de producción de tejas de hormigón en diferentes ciudades y asistí a capacitaciones en el Competence Center de Etex UK, centro de desarrollo e investigación en la fabricación de tejas de hormigón. Allí se estudian las mejores soluciones para optimizar la calidad y la productividad de las plantas que Etex tiene en Europa, a las que ahora se integra Chile. Acá aún no estamos a la vanguardia de la industria a nivel mundial, pero no estamos tan lejos. Fue interesante ver cómo resolvemos los mismos problemas, pero de forma diferente.

¿En Chile tenemos cultura de control de calidad, de la importancia del servicio al cliente?

Me parece que tenemos altos niveles de exigencia y conocimiento de los estándares de calidad, en todo ámbito comercial. En general el cliente chileno sabe que si un producto o servicio no cumple con lo informado, tiene todo el derecho a presentar un reclamo. La finalidad del control de calidad en toda empresa es evitar llegar a ese punto. Para esto es necesario controlar el proceso productivo desde el origen de las materias primas hasta el correcto funcionamiento o aplicación del bien o servicio proporcionado al consumidor. No existe el proceso productivo perfecto, aunque siempre es hacia allá donde apuntamos. La satisfacción del cliente final y la minimización de las pérdidas operativas son el objetivo de todo control de calidad.

El objetivo principal de la modernización de las líneas de producción es mejorar la calidad de los productos. “Calidad por sobre la productividad” es la frase que suena fuerte en Europa. Por eso Tejas de Chena implementará cambios tecnológicos fundamentales que llevarán a un mejor control de los parámetros necesarios para reducir productos defectuosos o que no cumplan con las normas vigentes en el país. También se capacitará a los trabajadores en conocimientos técnicos referentes al mundo del hormigón, se les entrenará en el correcto uso de las maquinarias y se modernizarán algúnas líneas de producción con tecnología de vanguardia traída desde el extranjero. Recordemos que además de otorgar mayor eficiencia, una planta automatizada es un lugar más seguro donde trabajar.

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¿Cuáles son los principales desafíos de tu cargo?

Mi primera prioridad es velar por el cumplimiento de las políticas y valores Etex, que dicen que la seguridad y salud ocupacional están por sobre la productividad. También mejorar los estándares de calidad dentro de nuestra empresa, ajustados siempre a la norma chilena vigente en tejas de hormigón; controlar variables a lo largo de todos nuestros procesos para minimizar la producción no conforme; aumentar la eficiencia y reducir las pérdidas, velando que se cumplan las normativas medioambientales vigentes. Por otro lado, el trabajo con nuestros proveedores, junto con la investigación y desarrollo de nuevas calidades en materias primas, son un desafío importante. Para ello realizamos constantemente pruebas de laboratorio e industriales a nuestros productos, que nos conducen a mejoras en nuestra gestión operativa.

Antes era casi impensado un cargo de este tipo para una mujer, ¿cómo has funcionado en este mundo más bien masculino?

Sí, es verdad. Cuando decidí estudiar una ingeniería del ámbito industrial sabía que entraba en un mercado laboral en que la mayoría de mis compañeros de trabajo siempre serían hombres. Es una decisión que se enfrenta cuando partes; si estás segura de lo que te gusta, dónde quieres llegar, y eso te hace feliz, pues dale, los límites sólo están en nuestra mente. Funcionar en el mundo masculino nunca fue problema para mí; al contrario, las satisfacciones han superado con creces mis expectativas. No cambiaría la decisión que tomé en un comienzo, mi profesión me ha permitido conocer mundos y personas a los que jamás habría tenido acceso de otra forma.

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