"Cuando era joven mis profesores pensaban que era desobediente y que ‘tenía pájaros en la cabeza’. Pero estaba sufriendo una crisis de ausencia", cuenta Olivia Salvati, de 21 años.
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"Esto no es estar soñando despierta. Es tener una horrible pesadilla que te deja sintiéndote completamente agotada".
Olivia descubrió que sus crisis de ausencia -un tipo de epilepsia- provocaban que a menudo se le percibiera como distraída o desatenta.
Ahora, para concientizar sobre su enfermedad, está dirigiendo una campaña para la organización de ayuda británica Young Epilepsy ("Epilepsia Joven") para ayudar a los educadores a reconocer los signos del trastorno.
El grupo afirma que la mayoría los colegios en Reino Unido tienen al menos un estudiante que sufre crisis de ausencia y que los maestros deben ser conscientes de los signos que a menudo pasan desapercibidos durante muchos años.
Las crisis de ausencia, o ausencias típicas, son un tipo de convulsión, una alteración breve -por lo general de unos 15 segundos- de la función cerebral debido a la actividad eléctrica anormal en el cerebro.
La mayoría de las crisis duran unos segundos y por lo general involucran episodios de mirada fija o ausencias.