En los últimos ocho años han trabajado con más de 400 empresas aplicando las reglas de combate que aprendieron como Navy SEALS en el mundo de los negocios.
Como exmiembros de la fuerza de operaciones especiales de la Armada de Estados Unidos, Jocko Willink y Leif Babin formaron una consultora que asesora empresas para que logren los objetivos que se han propuesto.
Han publicado dos libros que recogen parte de su experiencia: "Extreme Ownership" y "The dichotomy of Leadership", donde se refieren a métodos que pueden ser útiles para organizaciones no militares.
Lejos de transformar a la empresa en un regimiento, los autores proponen tácticas y estrategias que no apuntan a la creación de estructuras rígidas y verticales.
Y aunque la sociedad es mucho más compleja que un campo de batalla donde se enfrentan enemigos, hay ciertas reglas, dicen los autores, que pueden ayudar a los líderes a tomar mejores decisiones.
No se trata de "aniquilar al enemigo", sino de adquirir una forma de trabajo para mejorar la eficiencia de una organización, según lo que proponen estos dos excombatientes.
1. Mira alrededor y muévete
El libro propone no focalizarse demasiado en tus propias responsabilidades al punto de olvidar que eres parte de un equipo.
Tu equipo depende de ti y a su vez forma parte de otras unidades organizacionales. Básicamente, tu misión va mucho más allá de la tarea específica que estás ejecutando.
Por eso es importante estar pendiente de todo lo que te rodea y no perder de vista que lo que estás haciendo suele ser parte de una estructura mayor.
Al mismo tiempo, si tratas de ayudar a un miembro de tu unidad, ten cuidado de no invadir su espacio porque puedes generar una reacción defensiva.
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Puede ser que tengas más conocimiento que tu colega o subalterno, pero a veces una persona necesita aprender de su propia experiencia, siempre y cuando no ponga en riesgo a los demás o el objetivo de la misión.
En una empresa puede ser el desarrollo de un producto o una meta de ventas que se debe cumplir en un plazo determinado. Cuando hay un norte establecido, pueden surgir distintas maneras de alcanzar el mismo objetivo.
2. Elabora un plan simple y claro
Puede ocurrir que hagas una propuesta a tus superiores que parezca impresionante, con distintos niveles de complejidad y todo tipo de detalles.
Pero si los miembros de tu equipo no son capaces de interiorizar el plan, hacerlo suyo y en consecuencia llevarlo a la práctica, será muy difícil su ejecución.