Es el depredador sexual más famoso de Chile y muchos lo conocen simplemente por su apellido: Karadima.
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Este hombre de 88 años acaba de ser expulsado del sacerdocio por el papa Francisco, una "decisión excepcional" que tomó el Vaticano por los abusos de menores cometidos por el religioso.
En 2011 la misma Santa Sede había declarado a Fernando Karadima culpable de abusos sexuales y psicológicos reiterados cuando era párroco en una iglesia en la capital, Santiago.
Fue sentenciado a una vida de penitencia y oración, y se le prohibió tener contacto con antiguos feligreses o realizar cualquier acto eclesiástico de forma pública.
La justicia chilena investigó a Karadima pero no fue a prisión ya que las acusaciones en su contra se remontaban a la década de los 80 y la primera mitad de los 90, por lo que esos delitos prescribieron.
Del prestigio al escándalo
Antes de estar en el centro del mayor escándalo de abusos sexuales en la historia chilena Fernando Karadima era uno de los religiosos más prestigiosos del país.
Era considerado un guía espiritual por muchos de los feligreses que asistían a sus misas en la parroquia de El Bosque, en la acomodada comuna de Providencia.
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El escritor Ariel Dorfman recordó este año en una crónica para el diario Clarín un encuentro que tuvo con el prelado durante su juventud.
"Me sentí atraído por su suave magnetismo -me trató como si yo fuera el centro del universo, como si se preocupara por mi bienestar y mis dilemas- aunque a la vez intranquilo por algo en el brillo de sus ojos persuasivos y el gozo sensual con que sus labios pronunciaban cada sílaba", escribió.