"Si fuera una privilegiada escribiría puras baladas", sentencia Amandititita en los escenarios, cuando abre sus conciertos.
La reina de la anarcocumbia en México se llama Amanda Lalena Escalante. "Amanda por una canción de Víctor Jara: ‘Te recuerdo, Amanda’. Lalena por una canción de Donovan: ‘Laléna’. Desde ese día he estado rodeada de canciones", relata en su libro "Trece latas de atún".
Amandititita nació en 1979. A los 12 años se convirtió en una lectora voraz. A los 16 se fue a vivir sola en una azotea de la colonia Condesa, en Ciudad de México, con una máquina de escribir de fierro, en la que escribía para escapar del dolor de la muerte del su padre, el músico Rodrigo González, víctima del terremoto de 1985.
Pulsando con fuerza llenaba las páginas de su primera novela, que nunca llegó a publicar. Pero le siguieron sin parar un diario de vida, crónicas, poemas, cuentos, ensayos y grandes canciones. Chistosas pero lúcidas, de aguda crítica social, con el ritmo cumbianchero de los bajos fondos.
Ser artista fue "una necesidad, algo que haces para salvarte. Uno crea la ficción para poder aguantar la realidad".
La artista mexicana, que debutó en la música en 2008 y actualmente reside en Los Ángeles, forma parte de la programación del Hay Festival que se celebra en Querétaro, México, del 6 al 9 de septiembre, donde dialogará con el escritor Guillermo Fadanelli.
¿Dónde está la anarquía en tus canciones?
Más que en las letras está en la música. Simplemente soy una cronista urbana, enamorada de las historias y de la gente.
¿Y cuál es tu causa, tu compromiso con la gente?