El universo es rico en moléculas similares a la grasa.
Y esta "grasa" es tan abundante que una nave que viajara en el espacio interestelar acabaría con su parabrisas recubierto de una sustancia pegajosa, según el químico Tim Schmidt, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Sidney, Australia.
Schmidt y colegas de la Universidad Ege en Turquía fabricaron en un laboratorio material con las mismas propiedades que el polvo interestelar.
Y descubrieron que hay alrededor de 100 átomos de carbono grasos por cada millón de átomos de hidrógeno, lo que represente entre un cuarto y la mitad del carbono disponible.
En la Vía Láctea, esto equivale a alrededor de 10 billones de trillones de toneladas de materia grasa, o lo suficiente para 40 billones de billones de billones de paquetes de mantequilla, señalaron los científicos en un comunicado.
Pero la grasa especial es muy diferente a la comestible.
"¡No te gustaría untar esta grasa espacial en una rebanada de pan! Es sucia, probablemente tóxica y sólo se forma en el ambiente del espacio interestelar y en nuestro laboratorio", dijo Schmidt.
"Intrigante"
El carbono es uno de los elementos esenciales para la vida, pero no se sabe realmente cuán abundante es en el espacio.
La mitad del carbono se encuentra entre las estrellas en forma pura. El resto está químicamente ligado en dos formas: el llamado carbono alifático, que es similar a la grasa, y el carbono aromático, similar al hallado en bolas de naftalina.
Los científicos expandieron un plasma que contiene carbono al vacío a baja temperatura, imitando el proceso por el cual las moléculas orgánicas se sintetizan en los flujos de salida de las estrellas de carbono.
Schmidt y sus colegas analizaron el material usando dos técnicas: resonancia magnética y espectroscopia, que divide la luz en sus longitudes de onda constituyentes.
Los investigadores determinaron de esa forma en qué medida el material absorbía la luz con una determinada longitud de onda infrarroja, un marcador de carbono alifático.
"La combinación de nuestros resultados de laboratorio con observaciones de observatorios astronómicos nos permite medir la cantidad de carbono alifático entre nosotros y las estrellas", explicó Schmidt en un comunicado.
"También es intrigante que el material orgánico de este tipo, que se incorpora a los sistemas planetarios, sea tan abundante".
"La historia más grandiosa"
El equipo ahora quiere determinar la abundancia del carbono aromático.
Determinando la cantidad de cada tipo de carbono en el polvo interestelar, los científicos podrán establecer con precisión cuánto carbono está disponible para crear vida.
"Estas investigaciones nos ayudan a comprender el gran ciclo vital del carbono", afirmó Schmidt.
Es fabricado en las estrellas, pasa por el medio interestelar y es incorporado en nuevos sistemas planetarios y en la vida. Es parte de una historia grandiosa, la mayor que existe".