Imaginen una planta que puede atraer sexualmente a insectos dañinos hacia una emboscada mortal.
Científicos en España ya demostraron que es posible modificar genéticamente una planta para que produzca feromonas, las sustancias químicas que emiten los insectos hembra para atraer a los machos.
La meta de un nuevo proyecto europeo es optimizar esa tecnología para producir plantas "sexy" capaces de proteger cítricos y otros cultivos de alto valor económico.
Las feromonas ya son usadas para proteger cultivos, pero son sintetizadas en el laboratorio a un costo muy elevado.
El nuevo proyecto, denominado Susphire busca en cambio transformar a las propias plantas en biofábricas de feromonas.
"Imaginen una planta que es capaz de atraer a los insectos con la especificidad y la eficacia de una feromona. Y una vez que los insectos llegan a la planta podemos matarlos", explicó a BBC Mundo Vicente Navarro, investigador de la Universidad Politécnica de Valencia e integrante del proyecto Susphire.
"Es un arma muy potente".
"Más de 100.000 euros"
Cuando las feromonas son emitidas en grandes cantidades confunden a los insectos machos, impidiéndoles encontrar a las hembras y por tanto reproducirse.