A Rusia le han acusado en varias ocasiones de interferir en procesos electorales. Pero Suecia está decidida a no convertirse en una nueva víctima de su injerencia.
Ente otras cosas, está distribuyendo millones de panfletos para informar a su población sobre cómo funcionan los métodos propagandísticos rusos, pero ¿por qué se siente amenazada?
Durante las elecciones francesas, el equipo del ahora presidente Emmanuel Macron dijo que fue blanco de ataque de "noticias falsas" generadas por medios rusos y "no de cientos, sino de miles" de ataques cibernéticos provenientes de Rusia.
En Washington se impusieron sanciones a 19 ciudadanos rusos acusados de interferir con sus ciberataques "destructivos" en las elecciones de 2016 que ganó Donald Trump.
Mientras tanto, el Kremlin niega haber interferido en elecciones extranjeras; según Vladimir Putin, no hay "nada que discutir" al respecto.
Pero a Suecia le preocupa. Con unas elecciones a la vista el próximo 9 de septiembre, en las que elegirá nuevo primer ministro y parlamento, se ha puesto manos a la obra para asegurarse de que sus votaciones estén libres de cualquier intromisión.
Si sus esfuerzos tienen éxito, podrían servir como guía para otras elecciones, incluidas las que se llevarán a cabo el próximo mes de noviembre en Estados Unidos.