Tres meses antes de que colocara una bomba cargada de metralla en el metro de Londres, en septiembre de 2017, Ahmed Hassan se ganó el premio al "estudiante del año" otorgado por Brooklands College, la universidad británica en la que estudiaba un curso sobre medios de comunicación.
El reconocimiento recibido por este joven iraquí incluía una tarjeta regalo cuyo saldo empleó para comprar los cinco litros de peróxido de hidrógeno que utilizó para fabricar la bomba que dejó lista para estallar en plena hora punta en la estación Parsons Green, en el suroeste de Londres, Reino Unido.
El artefacto, que estaba cargado de metralla, solo se detonó parcialmente causando daño a una treintena de personas que fueron atendidas por los servicios médicos principalmente por presentar quemaduras.
Pese a ello, durante el juicio realizado esta semana, el joven de 18 años aseguró que nunca había querido matar a nadie. Que no quiso causar una explosión sino un incendio.