"Los calcetines son divertidos, creativos y coloridos, y me dejan ser como soy", cuenta John Cronin, un joven de 21 años que tiene síndrome de Down.
En un año, su empresa "John’s Crazy Socks", que en español sería "Los calcetines locos de John", ha generado ingresos por US$1,4 millones.
Con el empredimiento John y su padre Mark Cronin han conseguido además US$30.000 para obras de beneficencia y le han vendido calcetines a personas como el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau y el expresidente de Estados Unidos, George H.W. Bush.
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¿De dónde salió la idea? Hace un par de años John le dijo a su padre que quería crear un negocio cuando saliera de la secundaria, pero que no sabía qué tipo de empresa podría ser.