Catherine (*) quedó embarazada como consecuencia de la violación que sufrió por parte de un hombre a quien consideraba su amigo. Pese a lo ocurrido, decidió dar a luz al bebé.
En el texto que sigue explica por qué.
Era madre soltera y tenía dos hijos. Lo conocía. Habíamos sido amigos por un par de años, nos presentó un amigo en común.
Había sido honesta con él, le había dicho que no estaba interesada en ninguna relación amorosa y, por eso, nuestra amistad me hacía feliz.
Un día, estaba en su casa. Todo pasó rápido, fue como si un interruptor se prendiera. Sentí que se estaba acercando demasiado, no me sentía cómoda, así que traté de alejarme y empujarlo, con rapidez y contundencia.
Pero estaba subyugada y me congelé. Dejé de luchar. Él no dijo nada, solo se paró y se fue. Salió de su casa y se montó en el auto. No me dijo ni una palabra.
Caminé a casa. Estaba herida, pero no me di cuenta sino hasta mucho después. Creo que iba en piloto automático, solo quería ir a un lugar que sintiera como propio.
Había dejado a mis hijos con una amiga que vivía al lado, estaban dormidos cuando regresé. En mi casa no había nadie… fue un gran alivio. No hablé con nadie. Sentí que me iban a juzgar, que la gente iba a decir que yo me había puesto en esa situación o que había sido mi culpa.