Salió de Rusia huyendo de la Revolución de 1917 y después de un largo periplo terminó en Paraguay.
Le encomendaron misiones secretas y, en una de ellas, descubrió el tesoro que muchos buscaban.
Juan Belaieff, su nombre en español, también fue asesor presidencial, ciudadano honorario e incluso el mediador de Dios para indígenas del Chaco.
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