En noviembre de 2024, KTM AG, el principal fabricante europeo de motocicletas, enfrentó una crisis financiera significativa, declarando una deuda cercana a los 2.250 millones de euros. Para abordar esta situación, la empresa matriz, Pierer Mobility AG, inició un proceso de reestructuración bajo supervisión judicial, con el objetivo de reorganizar sus operaciones y evitar la quiebra. Este plan incluyó la emisión de 16,8 millones de acciones adicionales, elevando el capital total a 33,8 millones de acciones, lo que permitió recaudar 600 millones de euros necesarios para satisfacer a los acreedores.
El respaldo financiero fue reforzado por la participación de Bajaj Auto, socio estratégico de KTM, que incrementó su inversión en hasta 150 millones de euros para apoyar la estabilidad y continuidad de la empresa. Además, se llevaron a cabo conversaciones con otros inversores potenciales, incluyendo BMW Motorrad y fondos de inversión estadounidenses. En paralelo, la empresa necesita reunir los 600 millones de euros antes del 23 de mayo de 2025 para cumplir con el 30 % de su deuda en efectivo.
Impacto en la industria europea
KTM no es solo una marca de motocicletas; es un pilar clave en la industria europea. Con una producción anual de más de 380.000 unidades, es el mayor fabricante del continente. Su ecosistema de proveedores y empleados sostiene miles de puestos de trabajo en Austria y otros países. La desaparición de KTM supondría un golpe devastador para la economía austriaca y el motociclismo en general, beneficiando a competidores asiáticos como Honda y Yamaha.
Reducción de costos y ajustes en la estrategia deportiva
Como parte del proceso de reestructuración, KTM implementó medidas internas para optimizar sus operaciones. Estas incluyeron la suspensión temporal de la producción en enero y febrero de 2025 y la reducción de aproximadamente 300 puestos de trabajo de los 5.000 empleados actuales. Adicionalmente, la empresa requirió 150 millones de euros adicionales para reactivar la producción en su planta de Mattighofen, que ha estado paralizada durante meses.
KTM también ha tenido que reducir su presupuesto en competiciones y consolidar su presencia en MotoGP, Dakar y otras competencias. La marca reabsorbió estructuras de competición bajo su bandera y vendió MV Agusta, que había adquirido recientemente. El patrocinio también se vio afectado tras la reducción del apoyo financiero de Red Bull, luego del fallecimiento de su fundador, Dietrich Mateschitz.
Compromiso renovado con MotoGP
A pesar de los desafíos financieros, KTM reafirmó su dedicación al Campeonato Mundial de MotoGP. El director de KTM Motorsport, Pit Beirer, confirmó que la compañía ya ha comenzado a planificar su motocicleta de próxima generación para los cambios reglamentarios previstos en 2027, que incluyen la transición a motores de 850 cc.
La alineación de pilotos para la temporada 2025 se fortalece con la incorporación de Pedro Acosta al equipo oficial, acompañando a Brad Binder. Además, el equipo satélite Tech3 se convierte en una segunda escuadra oficial, contando con los pilotos Maverick Viñales y Enea Bastianini. Esta estrategia busca consolidar la presencia de KTM en MotoGP y mejorar su desempeño en las competencias.
Posible adquisición por BMW y disputa con los acreedores
Un actor inesperado en la situación de KTM es BMW Motorrad, que ha mostrado interés en adquirir la marca. Según informes, de concretarse la compra, la producción de motocicletas podría trasladarse a India mediante TVS Motor Company, socio indio de BMW, mientras que la investigación y desarrollo se centralizaría en Múnich. Esta posibilidad ha generado preocupación en Austria, ya que la región de Mattighofen podría perder hasta 4.500 empleos si deja de ser el centro de fabricación.
Además, un fondo de inversión estadounidense, Whitebox, lidera una propuesta alternativa para reestructurar KTM, ofreciendo un plan que garantizaría un retorno del 45% a los acreedores y una participación del 20% en la empresa. Sin embargo, la legislación austriaca favorece a los accionistas actuales, lo que ha permitido que Stefan Pierer y Bajaj mantengan el control por ahora.
Presión de los acreedores y futuro incierto
El rescate de KTM ha generado una batalla judicial. Un grupo de acreedores, liderado por el fondo de inversión Whitebox, está intentando imponer un plan alternativo que les garantice un mejor retorno de inversión. Sin embargo, la legislación sobre insolvencia en Austria otorga mayor poder a los accionistas, lo que ha permitido a Bajaj y Pierer Mobility mantener el control por el momento.
Mientras tanto, las entidades financieras a las que KTM debe 1.700 millones de euros han ejercido presión para alcanzar una solución viable. Algunos bancos, como Oberbank, han instado a BMW a avanzar en la compra de KTM, lo que podría cambiar el futuro de la empresa en los próximos meses.
