El presidente de Chile, Gabriel Boric, ha salido en defensa de su compañera, Irina Karamanos, tras las críticas recibidas por sus comentarios en un encuentro feminista en España. En dicho evento, Karamanos señaló que “la amenaza de que te van a quitar lo que tienes es algo que en Chile generó el éxito del rechazo” y aseguró que el triunfo del Rechazo en el Plebiscito de Salida, se debió a una “campaña del terror”.
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Estas declaraciones generaron gran controversia entre los sectores conservadores del país, que salieron a criticar sus declaraciones. Ante esto, Gabriel Boric recordó que irina, quien es licenciada en Antropología y líder del Frente Feminista del partido oficialista Convergencia Social, tiene todo el derecho a expresar sus opiniones, ya que no es una funcionaria pública. Además, ha destacado que no le corresponde al Gobierno comentar las opiniones de una persona con independencia para opinar y que no está sujeta a obligaciones.
“Irina Karamanos es mi compañera, no es una funcionaria pública y ella tiene derecho a tener las opiniones que mejor le parezcan”, sostuvo. A lo que agregó que “Irina tiene el derecho a tener la opinión que ella estima conveniente y no le corresponde al Gobierno estar comentando las opiniones de una persona que tiene trayectoria propia, independencia para opinar”.
Karamanos, quien es la primera feminista en el cargo de primera dama de Chile, ha sido muy activa en su lucha por la igualdad de género y ha propuesto una reformulación del cargo, adaptándolo a los tiempos. En su intervención en el Encuentro Internacional Feminista, habló sobre su trayectoria como activista y sobre el proceso constituyente chileno, incluyendo su opinión sobre el plebiscito de septiembre.
A pesar de las críticas recibidas, Boric ha asegurado que su compañera seguirá acompañándolo, y aclaró que : “Para descartar cualquier duda, porque vi que algunos parlamentarios de derecha estaban un poco preocupados, el viaje de Irina no tiene ni un recurso público del Estado de Chile involucrado, ni uno”, para desmentir las críticas de algunos parlamentarios de oposición, que cuestionaron el origen del dinero para el viaje a Europa.