Cuando Mariela Sotomayor se sienta en el escritorio de su casa mira una foto muy especial y saluda: “Hola, ¿Cómo está?”. Es la imagen de Claudia Pamela Villagrán, la alegre y juvenil prima que inspiró el particular estilo de locución que la hizo conocida en Chilevisión, sin imaginar que sería un homenaje que le haría en vida, antes de su fatal accidente.
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“Desgraciadamente, el año pasado la vida me golpeó con una las cosas más duras y tristes que me han pasado, que fue su muerte”, contó a Publimetro.
Fue el 24 de septiembre del año 2021 cuando la rutina de la actual periodista del programa “Me Late” cambió drásticamente. Recibió un Whatsapp al grupo de los primos, alertando una triste noticia.
“Hola, yo soy la persona que tiene el celular de la niña que tuvo el accidente. Yo tengo su teléfono, por favor comuníquense conmigo”.
Esa mañana, “la Pame” viajaba arriba de una moto junto a su pareja, desde Los Ángeles hacia Concepción, cuando su cartera se enredó en la rueda y provocó la caída que causó su muerte, días después.
“Te juro que en este momento que te estoy contando me tirita todo el cuerpo, porque fue como si mi vida se me hubiera acabado y me hubiesen pegado con un palo en la cabeza. Me arrodillé en el patio de mi casa a pedirle a Dios, a suplicarle que por favor no se la llevara”, recordó Mariela, con la voz entrecortada. "
Ella y Pame, tenían 11 años de diferencia, pero más que primas, eran mejores amigas y confidentes. Pasaban horas conversando y se aconsejaban mutuamente. Siempre, en un tono jovial, alegre y chispeantes, como si fueran dos comadres copuchando las últimas novedades, a punta de tejidos y mate.
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Justamente, ese modo de hablar utilizó Mariela para contar “la verdadera historia” de los famosos en los programas “Primer Plano” y “Maldita Moda”, revolucionando de esa forma las locuciones de farándula y convirtiéndose cariñosamente en la “Lengua del pueblo”.
“Ella tenía una forma muy particular de contar sus historias, era muy expresiva. Tenía ese tono de una persona que todo lo sabe y te lo cuenta con lujo de detalles. Yo tomé ese estilo, por recomendación de mi hermana y se lo propuse a mi jefe de ese tiempo, mi querido Carlos Valencia”.
Desde la primera vez que lo hizo, sus notas fueron un éxito en sintonía y le pidieron que todos sus reportajes fueran así de cercanos, como cuando conversaba con Pamela.
“Mi prima se sentía honrada de que yo tomara este estilo de locución y contara que ella me había inspirado. Yo quería hablar con la gente de manera natural, con dichos populares y una tonalidad sureña”, confesó.
Ese mismo tono es el que Mariela quería escuchar cuando Pamela se recuperara del accidente y le dijera jocosamente lo que había sucedido en la carretera del BioBío, con la sonrisa a flor de piel.
“Yo lo primero que me imaginé es cómo ella me iba a contar lo que había pasado. Yo pensaba que me iba a decir: ´¡Imagínate! de repente salto para atrás...´, y me iba a contar todo eso. En ningún momento yo pensé que mi prima estaba grave, porque mi cabeza no permitía que yo pensara una cosa así”.
Fue un doctor amigo de la periodista quien le advirtió que el diagnóstico no era favorable y le recomendó que viajara lo antes posible a Concepción, porque, lamentablemente “Pamela no va a sobrevivir”, le sinceró.
Al otro día, viajó junto a su hermana al hospital de Los Ángeles con la esperanza de despertarla y verla nuevamente sonreír, convencidas que la Pame saldría adelante.
“Nosotras íbamos a salvarla, dispuestas a hablarle, con la misión de despertarla. Yo pensaba, incluso, que si quedaba con un poco de daño estaba la Teletón y haríamos lo que fuera para que se recuperara”.
Sin embargo, en plena carretera, camino al hospital, recibió la fatal noticia y no alcanzó a despedirse.
“Me falta todos los días de mi vida”
Hoy, a siete meses de su muerte, el dolor de su partida sigue clavado en su corazón y está lejos de desaparecer.
“Esto es un duelo que todavía no tiene por dónde resolverse. Cuando alguien parte de esa forma, tan querido, tan amado, uno no se recupera de un día para otro. Es algo de lo cual no logro recuperarme y creo que nunca lo haré. Yo aún no tengo consuelo, ella me falta todos los días de mi vida”, confesó la periodista Mariela Sotomayor, con el dolor aún latente, pero con la gratificante sensación que “logré llegar al público gracias a una inspiración que ella dejó en mí”.