El célebre cine político del laureado director Oliver Stone, coronado por la industria con tres Premios Oscar, llega a la pantalla cautivante del Festival de Cannes con una nuevo biopic dedicada a uno de los dilectos personajes de su vitrina de líderes latinoamericanos. Esta vez el documental pone en foco del primer plano a Lula, el presidente de Brasil, como antes lo hizo desplegando los perfiles del Che Guevara, Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales, no sin hacer referencias históricas a Salvador Allende en su ícónica película “JFK” sobre el asesinato John Kennedy.
El estreno de la cinta participa en la sección “Fuera de competencia” de la muestra que se desarrolla hasta el 25 de mayo en Francia, pero la figura del realizador y exveterano de la Guerra de Vietnam –como lo detalla en su biografía “Persiguiendo la luz”- proyecta su potente sombra sobre quienes buscan el impacto de una consagración en el evento.
De 77 años, su filmografía derrocha éxitos resonantes como Pelotón, Asesinos por naturaleza, Nixon, Nacido el 4 de julio, Wall Street, JFK y El cielo y la tierra, entre muchas otras que lo elevaron a la categoría máxima del séptimo arte. Por cierto, con una característica que destacan y cuestionan, porque “Stone es un director norteamericano que produce películas explícitamente políticas, que representa al ala izquierda de Hollywood”, según expresan.
Destacando su labor en la industria, el vocero general del Festival, Thierry Frémaux, recalcó que “Stone es alguien para quien filmar, montar una cámara, son armas y una manera de reescribir, de revisitar la historia contemporánea”. Y es que la realidad convulsionada de América Latina siempre le proporcionó la temática dramática de sus revoluciones y dictaduras, desde “Salvador” en 1986 hasta “Al sur de la Frontera” (2009), donde sondea en los procesos políticos de nuestro continente.
El cine de denuncia contra Estados Unidos
El mandatario brasileño Lula Da Silva estuvo en la cárcel por corrupción durante 580 días, entre abril de 2018 y noviembre de 2019. El documental presenta las acusaciones contra el exobrero y dirigente metalúrgico como carentes de pruebas, ya que Lula salió de prisión por irregularidades procesales antes de iniciar su nueva arremetida por el poder en el Palacio de Planalto.
La hipótesis de Stone es que a Lula “lo metieron en la cárcel por corrupción, que es como se hacen las cosas habitualmente en esos países”, y lo anima la convicción de que estuvo a punto de “sufrir la suerte que tuvieron otros mandatarios derrocados por golpes militares”, según declaró en una reciente visita a París. El caso encabezado por el juez Sergio Moro fue considerado como “un error histórico” por la Justicia brasileña.
La biopic que esperan con expectación en Cannes aborda la infancia y juventud de Luiz Inácio Lula da Silva antes de profundizar en imagen y relato en su compromiso sindical y político. Y enfatiza especialmente en el caso Lava Jato con el testimonio de los abogados de Lula y de Glenn Greenwald, documentalista encargado de aportar el contexto histórico.
Stone suele identificarse estrechamente con los personajes de sus documentales. Por ejemplo, con Fidel trabó amistad durante la filmación en Cuba y, en el caso de Lula, declara que lo considera “muy humano, honesto y nada pretencioso”, y reconoce que “nos metemos en esta historia porque le llevan la cárcel, lo que es escandaloso, lo meten en la cárcel básicamente sin pruebas”.
El cineasta releva que el personaje de su cinta “sacó a 30 millones de personas de la pobreza y, cuando dejó el cargo, tenía un índice de aprobación del 80 %. También era un hombre de paz y buscaba la paz en el mundo. Y lo que pasó después fue toda una historia”. Como sea, la película fundamenta su investigación en que ni la Justicia brasileña, ni el poder político, ni el mediático, pudieron haber actuado sin el apoyo de Estados Unidos.
“La intervención en América Latina por parte de Estados Unidos es una historia muy muy vieja, que se remonta a la Doctrina Monroe (1823). ¿Cuantas intervenciones hemos tenido en estos países? Puedes contar cincuenta, sesenta, setenta. Estuvimos muy involucrados en Brasil también”, plantea la obra que ahora Stone exhibe al mundo desde la marquesina resplandeciente de Cannes.