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Música, fama, depresión y adicciones: Robbie Williams desnuda sus fantasmas y demonios frente a la cámara

La docuserie del astro británico llega con impactantes revelaciones a Netflix.

El fastidio del astro británico Robbie Williams por la ya icónica entrevista televisiva frustrada de la cual se retiró porque Luis Jara no hablaba inglés marcó su visita al país en noviembre de 2004, en el esplendor de una notable carrera que ahora desnudará sus hitos y secretos a través de una docuserie sobre su vida que se estrena en estas horas.

El cineasta Joe Pearlman se hizo cargo de una producción de Netflix que dispuso de 30 mil horas de archivo inédito, con imágenes que condensan la trayectoria en escena y entre bastidores de uno de los cantantes más famosos de Gran Bretaña.

Cuando le ofrecieron el material, “fui a ver parte del archivo e inmediatamente quedé impresionado por su profundidad y amplitud. Había conciertos y ese tipo de cosas, pero también estaba de vacaciones, entre bastidores, consumiendo drogas y sufriendo algunos de los abusos a los que se enfrentaba”, reveló el director de la serie de 4 capítulos que Netflix lanza este 8 de noviembre.

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Sobre su primer encuentro en un hotel londinense, Pearlman cuenta que “Rob llegó con un traje de Gucci, sin camiseta debajo. Sabía que estaba ante una estrella del pop”. Williams le confiesa en una secuencia de la serie que ha “tenido una vida llena de excesos, una vida enorme”.

Al comenzar el rodaje, Pearlman sintió “que podíamos profundizar mucho más con él en lo que quería contar”. Los investigadores y editores redujeron el material a unas 10 horas, que Williams pudo revisar y responder ante la cámara. Con 49 años, el artista reacciona frente a su historia de luces y sombras: “Estoy tratando de ordenar los restos del pasado, eligiendo una forma bastante particular de exorcizar estos demonios en este momento”, dice.

Locuras de la vida real

Durante su trayectoria, con espacios predilectos para el fútbol, Williams nunca ocultó su lucha contra las adicciones, la depresión, las recaídas y por restablecer una salud mental inestable. “Creo que nunca pensó que sería sincero ante la cámara… Pensaba que siempre se pondría en el personaje”, comentó el realizador.

El equipo de la serie se instaló en un sector de la mansión de Williams en Los Ángeles durante aproximadamente un mes, filmando entre siete y nueve horas diarias. Según los productores, se lo ve deambulando por la cocina con un suéter de Gucci, compartiendo con su mujer, la actriz Ayda Field, y sus cuatro hijos, aunque la mayor parte del rodaje se realizó en la habitación de la cantante.

Un día Pearlman le consultó por qué siempre estaba acostado: ‘Este es mi lugar cómodo. Si no estoy en el escenario, estoy en la cama. Aquí es donde quiero estar... Este es mi espacio seguro”, le confesó.

El documental se inicia en 1990, cuando de 16 años Robbie se integra a Take That. “No bailaba mucho antes del grupo, sólo en discotecas locales y todo eso. Pero hice lo suficiente para estar a la altura de ellos”, cuenta aludiendo a sus compañeros, en un viejo video de televisión grabado en Manchester.

En una de las reflexiones impactantes, el ídolo analiza el dramático peso del fama: “Es asombroso lo que ha pasado en mi vida, pero el pasado me tiene atrapado. Sentí que estaba entregando más de mí hasta que no pude reconocerme a mí mismo”, expresa. “Recibes todos los aplausos, el dinero y el éxito y todas esas cosas. Pero al mismo tiempo te acosan, abusan de ti, eres propiedad de otro”. Es “demoníaco”, concluye Robbie como lección de una vida frenética.

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