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Celular en clase: ¿Cómo enfrentar el duro dilema?

Su utilidad como herramienta choca con los problemas de uso de pantallas en niños.

Es una realidad en todos los colegios, pero no todos lo han tomado de la misma manera, pues no hay una única línea a nivel nacional. El uso de celulares y otros dispositivos pertenecientes a los alumnos en las salas de clases es una discusión en el mundo, donde la diversidad de visiones y realidades crea distintas respuestas. Lo mismo pasa en Chile.

El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, dice que “las tecnologías han cambiado radicalmente la forma en que los estudiantes interactúan y acceden a la información. Es imperativo educar sobre ellas y aprovechar estas herramientas para mejorar los aprendizajes, ponerlas al servicio de la reactivación educativa y preparar a niños, niñas y adolescentes en los desafíos digitales”.

Para Viviana Tartakowsky, directora de la Escuela de Psicología de la U. Bernardo O’Higgins, “no es recomendable usar celular en clases, a menos que se utilice a favor del aprendizaje y no en contra. Por ejemplo usar Chat GPT buscando un objetivo o desarrollo de un temática particular. Lo ideal es combinarlo con utilización de otras técnicas de enseñanza con tiempo acotado”.

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También ha estudiado el tema el Colegio de Profesores. Tania Robledo, licenciada en artes y profesora de Artes Visuales, asesora su Departamento de Educación y Perfeccionamiento. Desde allí, la experta indica que “el uso de los celulares en clases es un hecho consumado, incluso previo a la pandemia”. Sobre la experiencia de los maestros, agrega que “previo a la pandemia, eran pocos los docentes que hacían uso activo y con enfoque pedagógico, se veía como un dispositivo que alteraba el clima de aula, pero ahora, tras la escolarización remota, aspirar a prohibirlo no sólo es extemporáneo, sino que generará resistencia entre los jóvenes”.

La discusión que se está dando en Chile sí ha tenido una definición internacional, en particular desde la Unesco, oficina de la ONU para la Educación, que la semana recién pasada presentó en Montevideo el Informe Global de Monitoreo de la Educación (GEM 2023), en el cual advirtió sobre las consecuencias del excesivo uso de celulares y computadoras en el aprendizaje de los estudiantes, basado en estudios científicos. “Interrumpen la actividad de aprendizaje en las aulas y en sus hogares, principalmente por la creciente distracción y al tiempo dedicado a actividades no académicas”, según expresa Audrey Azoulay, directora general de la organización.

La experiencia internacional llevó a un grupo de diputados a presentar un proyecto de ley para prohibir los celulares en las aulas (ver nota secundaria). Así también recomienda, desde la UBO, Viviana Tartakowsky, quien señala que “hasta sexto básico no debe usarse. Luego, de común acuerdo con los apoderados, toda la comunidad escolar debe estar de acuerdo, ya que todos los jóvenes deberían contar con un celular e Internet, o generaría desigualdad”.

Robledo agrega desde el Colegio de Profesores que “si la conducta ya está instalada, lo que queda es educar en el uso adecuado, por ejemplo, normando su uso para situaciones específicas, enseñando a usar herramientas como Chat GPT o Google Académico. Y cuidando que no haya abuso”.

La política ministerial y el proyecto de ley para sacar móviles de las salas

Desde el Ministerio de Educación dejan claro que no hay una norma y que queda a la discreción de cada comunidad educativa qué hacer. El ministro, Marco Antonio Ávila, explica que “creemos que la tecnología en contextos educativos debe utilizarse con propósitos educacionales claros, teniendo en cuenta las oportunidades como los riesgos. Siendo las comunidades aquellas que deben decidir sus usos y restricciones, las alentamos a integrar de manera creativa, consciente y responsable la educación digital, con supervisión y reglas claras”.

El Mineduc sí se encuentra en proceso de elaboración de un documento con orientaciones para las comunidades. En su sitio web se han publicado orientaciones, basadas en el estudio Kids Online, del cual fue colaborador. “El celular soluciona, resuelve y no puede ser visto solamente con una mirada de preocupación, sino que es un proceso social al cual tenemos que estar atentos”, señala en las conclusiones uno de los autores, Patricio Cabello, investigador del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la U. de Chile (CIAE).

Estudios realizados en Bélgica, España y el Reino Unido revelaron que prohibir los móviles mejora el rendimiento; el 13% de los países cuenta con esas leyes. En Francia no se pueden entrar al colegio; en Bavaria se prohíbe en la Básica y en Italia y China no está permitido sacarlos en la sala. Además, la seguridad digital preocupa en Dinamarca, Francia, Alemania y EE.UU., donde ha suspendido Google Workspace; Chromebooks; versiones gratuitas de Office y TikTok.

Sobre la base de la legislación comparada se hizo un proyecto de ley para prohibir el uso de celulares en clases que ingresó el diputado Mauricio Ojeda (Rep.). Uno de los firmantes, el diputado Raúl Leiva (PS), explica que “es una norma general que permite su aplicación en los establecimientos. No todos los niños cuentan con celulares y muchas veces son objeto de distracción. Si es una herramienta para el aprendizaje, uno entendería que debiera ser común a todos y no sólo para algunos”.

“La idea es que se discuta una problemática que complica a muchos establecimientos educacionales y que requiere una norma de rango legal en la medida en que no haya una dirección del Ministerio de Educación”, cierra Leiva.

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