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Sepa cómo manejar el típico estrés de fin de año

La presión de diciembre se manifiesta física y psicológicamente, por lo que es bueno asumir varias recomendaciones.

Nos acercamos al término de un año que, para muchos y como pasa casi siempre, ha sido agobiante. Por eso la sensación de cansancio, de “llegar con lo último”, crece de cara a las cercanas y merecidas vacaciones.

Los últimos días de diciembre suelen ser muy estresantes, debido a la acumulación de actividades sociales, laborales y/o académicas, de acuerdo a las exigencias de cada uno.

Y la planificación del descanso, junto al natural alza de gastos de esta época, avivan el estrés.

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Es un ambiente lleno de presiones, que además se da en un particular contexto nacional, con los trastornos mentales en aumento y coinvirtiéndose en una de las mayores preocupaciones de los chilenos.

Así lo muestra una encuesta de Cadem, que indica que el 37% de los consultados cree que el principal problema sanitario del país es la salud mental.

“Diciembre es un mes que demanda una exigencia adicional de energía, por lo que no es extraño que se sienta más estrés. Y eso se puede manifestar a través de tensión muscular o contracturas, problemas digestivos, alteraciones del sueño, cambios de ánimo, irritabilidad, trastornos de ansiedad, y problemas de memoria y atención”, dice Karina Vargas, psicóloga clínica de RedSalud.

“Lo esencial es no sobrecargarse y evitar juntar muchas actividades y labores... Hay que ser realistas con todo lo que hacemos y no agobiarse buscando el ideal de las fiestas perfectas”, puntualiza la especialista, quien entrega varios consejos para terminar bien el año.

1,. DESCONECTARSE DEL TRABAJO

En la maraña de la actualidad y en medio de las exigencias del mundo laboral de hoy, marcado por la hiperconectividad y el modo remoto de laborar fomentado por la pandemia de coronavirus, este consejo a muchos puede paracerles difícil de concretar. Pero como bien señala la psicóloga clínica Karina Vargas, “es muy recomendable establecer espacios diarios de desconexión del trabajo.En ese sentido, agregar quince minutos de la jornada habitual solo para no pensar en el trabajo puede tener un impacto significativo en la salud de las personas”.

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2.- RECONOCER LAS EMOCIONES

Cuesta mostrar el lado emotivo, pues hay personas que lo califican como una muestra de debilidad en una sociedad que exige ser competitivo y hasta implacable. “Y junto con no olvidar que este es un tiempo para compartir, también es bueno recordar que debemos dedicarmos tiempo a nosotros mismos, para reflexionar y reconocer nuestros sentimientos... Hay que estar siempre atentos a las señales y escucharlas, pues nos puden entregar información valiosa que debido a las obligaciones se nos escapa”, dice la profesional.

3.- TIEMPO DE EVALUACIONES

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Siempre se dice que los fines de año son un momento de examen y de análisis de lo hecho, pero con una perspectiva de futuro. “Estas celebraciones pueden ser vistas como una oportunidad para efectuar una evaluación de todo el año... Es positivo entonces tomarse un tiempo y con calma analizar los logros conseguidos, así como buscar razones de los fracasos para asumirlos como enseñanza. Y desde ese punto, hay que pensar en nuevas metas. Este tiempo es también para concluir tareas pendientes y planificar las que vienen”, explica Karina Vargas.

4.- FOMENTAR HÁBITOS SALUDABLES

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Hay que realizar ejercicio físico y mantener una alimentación salud. “Muchos descuidan sus hábitos saludables a fin de año. Por eso hay que organizar tiempos para retomar actividades en ese sentido, como espacios para la relajación personal y la meditación, las caminatas, juntarse con amigos o desarrollar pasatiempos. Lo anterior o sencillas rutinas de actividad física aumentan nuestro bienestar y permiten canalizar emociones adaptativas, lo que baja el estrés acumulado”, puntualiza la representante de RedSalud.

5.- CUIDARSE DE LAS DEUDAS

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La preocupación que generan las compras de regalos y de comida, a lo que se suman las deudas y pagos de fin de año, ponen una importante presión que hay que saber manejar. “Es clave reconocer la capacidad adquisitiva para no sobreendeudarnos. Para lograr eso, un camino viable es conversar abiertamente con la familia sobre los regalos de Navidad. Es bueno que los niñosos sepan que no siempre podemos entregarles todo lo que desean. Por lo demás,la memoria emotiva ayuda a recordar experiencias más que regalos”, sostiene la psicóloga.

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