Vecinos de Santiago revelaron una insólita medida para no sufrir el robo de sus autos: Decidieron encadenar sus vehículos.
Los residentes de la calle San Isidro del centro de la capital chilena, no solo están utilizando las típicas trabas en ruedas o manubrios que se instalan para evitar que les quiten sus medios de transporte. Además, están enjaulando los espejos laterales, sujetándolos con fierros que van de un costado al otro, tal como informaron en Meganoticias.
La misma técnica utilizan con varios cables acerados que aseguran con candados y que lo pasan por debajo del vehículo. Todas estas protecciones tienen el objetivo de evitar lo que se ha convertido en una pesadilla: constantes robos de automóviles o partes de ellos.
Los vecinos piden más seguridad en el barrio, porque simplemente aseguran que la delincuencia está desatada en el sector.
Robos en aumento
Según información de Carabineros, es cierto que los delitos en el sector de San Isidro están aumentando. Por ejemplo, el robo de objetos de vehículos aumentó un 27% en comparación al año pasado; si se trata de robos violentos de vehículos, se incrementó en 338%.
“El año pasado, yo me reía porque él (un vecino del barrio) amarraba el auto con una cadena (a un árbol, tal como se amarra a un perro). Con un vecino le decíamos ‘oye, si el auto no es perro’, pero después que me robaron a mí, me cambió el chip”, contó al matinal Mucho Gusto de Mega un habitante que tiene protegido su automóvil con cables.
Roberto Hernández tomó una drástica decisión: creó todo un sistema antirrobo que va desde enjaular los espejos laterales, y hasta instalar fierros que evitan la apertura de las cuatro puertas, los que están unidos por otro fierro que pasa por debajo del vehículo.
“Si inventaba los puros canastillos de los espejos y los dejaba así, el ladrón lo iba a pescar para sacarlo con todo”, detalla el residente, que asegura que su invento ha sido todo un éxito.
“Totalmente abandonados”
Otro residente del sector, conversó de manera anónima con el matinal de Mega, donde aseguró que todos los días saca hasta el airbag desde el volante para que no sean sustraídos; eso, además de usar las respectivas trabas y cubrir los espejos con calcetines.
“Estamos totalmente abandonados, no hay patrullaje y el delincuente hace lo que quiere. Aquí asaltan a los vecinos, andan los motochorros. No hallamos qué hacer, yo le pido a la autoridad que se ponga las pilas ya”, finalizó realizando su llamado desesperado.