Este mes se cumplen diez años del horrible crimen de la secta de “Antares de la Luz”, que quemó a un recién nacido debido a que creían que era la encarnación de Lucifer, y su sacrificio significaría la salvación del mundo. El equipo de Meganoticias realizó un reportaje que revelaban imágenes exclusivas de la investigación y visitaron el lugar de los hechos.
Esto ocurrió en la localidad de Colliguay en la región de Valparaíso, cuyo caso fue recién conocido en abril de 2013, cinco meses después del infaticidio. La mujer que estaba embarazada del bebé que fue llamado Jesús, Natalia Guerra, estaba consciente de que iban a matar a su hijo debido a lo dicho por Antares de la Luz (Ramón Castillo).
“Como secta destructiva había un control total por parte del líder. El motivo principal de la secta era prepararse para el fin del mundo y pasar a una dimensión que pasarían solamente los elegidos”, afirmó el Fiscal Juan Emilio Gatica.
El comisario Cristián Jiménez, quien estaba encargado de elaborar el perfil de “Antares de la Luz” señaló que “era un sujeto inteligente, con capacidad de planificación. Adicionalmente, sus características dan cuenta que tenía una estructura y funcionamiento psicopático (...) tenía esta idea sobrevalorada de sí mismo donde él se veía y se transmitía al resto como como un dios. Él tenía un discurso y una labia que le hacía encantar”.
“Habían malos tratos físicos, habían malos tratos de carácter sexual, agresiones sexuales a las mujeres. Los hizo sacrificar animales todo como una prueba de lealtad y de obediencia”, agregó el fiscal.
Las condenas que recibieron los implicados por este macabro crimen fueron cinco años para Natalia Guerra por el delito de parricidio, mientras que Pablo Undurraga, la mano derecha de Castillo, fue acusado de homicidio calificado. De igual forma, cinco integrantes de la secta fueron imputados como encubridores. Hoy en día, todos están en libertad.
