Los hechos tienen totalmente intrigada a una sociedad, porque alguién mató a un delincuente tomando la justicia en sus propias manos. Apretando el gatillo con precisión experta, El “tirador anónimo”, como lo llaman los medios de comunicación trasandinos, aún no aparece.
Medios como www.tiempo.com.ar informan los pormenores desde que la noticia corrió por toda la nación. El relato es como de película de acción: A las 4:15 am del primer jueves de agosto, la policía local recibió un llamado de auxilio. Una joven salió de su casa para ir a trabajar y fue víctima de un intento de robo en calle Andrés Baranda, a pocos metros de su vivienda.
Testigos aseguraron que fue interceptada por 3 hombres a bordo de una motocicleta. La mujer puso resistencia al ver que le arrebataban su bolso. Uno de los sujetos sacó su arma e hizo un disparo al aire para intimidar a su víctima. Acto seguido, huyeron de la zona pero sin el botín.
Pasaron solo 10 minutos cuando otra llamada a la sede policial daba cuenta de dos personas con impactos de bala, a 12 cuadras del atraco frustrado en la localidad quilmeña. Una motocicleta también estaba en la escena, tirada en medio de la calle.
Un tercero escapó herido con dificultades, según las cámaras revisadas posteriormente. Pero ¿Quién hirió a los ocupantes del vehículo? Ahí nació el dilema.
Los dos delincuentes que son adolescentes, fueron encontrados en la escena y trasladados a un hospital cercano. Uno de ellos, Agustín Guillet, murió poco después producto de las lesiones de bala en el abdomen. El otro joven quedó internado en cuidados intensivos debido a la gravedad de sus heridas.
La policía prosiguió con la revisión de las cámaras de seguridad tratando de determinar, ¿quién fue el autor de los disparos?
En tanto, descubrieron que la motocicleta en la escena del tiroteo había sido robada esa misma madrugada en una localidad cercana a los hechos. Todo apuntó a que los heridos de bala eran los mismos asaltantes que intimidaron poco antes a una joven trabajadora.
Las pruebas balísticas concluyeron que los disparos fueron hechos cuando el vehículo iba en marcha. “La moto perdió estabilidad porque le habían pegado un proyectil de nueve milímetros, el mismo calibre de un proyectil que a Guillet le encontraron en su cuerpo durante la autopsia”, según la fuente citada en el medio argentino Tiempo.
Las cámaras de seguridad no revelaron pistas del “tirador anónimo”. Los registros muestran únicamente cuando los adolescentes heridos de bala ya estaban en el suelo y el otro huía del lugar de los acontecimientos. Caminaba, sosteniéndose en las paredes.
Esto ha despertado el interés de los medios y la audiencia que se pregunta quién es el “Vengador Anónimo” y ha aparecido en varios informativos del país trasandino, donde aseguran que “mató a varios chorros”.
Observa una de las notas que le han hecho en país vecino.