Una grave situación que afecta a los estudiantes del colegio Escuela Amanecer de Duqueco de Los Ángeles, dio a conocer el medio BíoBíoChile. Según informaron, el establecimiento rural no ha podido restablecer las clases presenciales y la única manera que tienen por el momento de enseñar a los alumnos es vía mensajes de audios y texto.
Las materias las envían los docentes por la aplicación telefónica WhatsApp, en los diferentes grupos que tienen por cada nivel.
La razón, es por la falta de agua potable que tiene el recinto educacional, que ha obligado a los menores a continuar sus estudios vía online, siendo la aplicación de mensajería la que logra tener mejor conectividad, debido a la mala señal de Internet que hay en la zona.
“No tenemos otra alternativa, de verdad, aunque quisiéramos desplegarla, no la hemos tenido a manos (…) razonablemente no se puede”, explicó el director del Departamento de Educación Municipal (DAEM) de Los Ángeles, Mario Morales, respecto a la insólita situación que afecta a los estudiantes y apoderados, producto de los trabajos de aguas servidas que están realizando en el colegio y que han demorado más de la cuenta.
BíoBío explicó que hablaron con el alcalde, Esteban Krause, quien argumentó que el retraso de las obras se debe a que “no existían empresas interesadas en las licitaciones, lo que provocó que todo avanzara mucho más lento y que recién este periodo se pudieran iniciar”.
Además, otra mala noticia para los escolares, es que el director regional de la Junaeb, Eduardo Díaz, señaló al medio que “este año no se podrá elegir el computador para los séptimos años básicos, ya que hay complicaciones en el stock, pero que de todos modos se entregarán”.
Si bien, los apoderados, valoraron el esfuerzo que realizan los profesores por sacar adelante la tarea de enseñar a sus hijos, a pesar de las negligentes condiciones, señalaron que el sistema se hace muy complicado de entender para los niños.
“Ninguno logra entender”
Así, lo relató Fernanda a BíoBío, quien tiene tres hijos en diferentes niveles educativos, uno de ellos con déficit atencional.
“Tengo un comedor promedio normal, los tres niños se sientan ahí, y es una zalagarda. Una se tiene que parar porque no entiende, otra se pone audífonos porque no entiende, y ahí tengo que estar yo para los tres, ninguno de los tres logra entender lo que la profesora está impartiendo por WhatsApp”, reclamó.
