Cuando poco a poco la comunidad internacional transitaba a la nueva normalidad, y parecía que llegaba la calma después de casi dos años de enfrentar al coronavirus, la aparición de Ómicron ha vuelto a encender las alarmas.
Con lo experimentado hace algunos meses con la variante Delta, la cual generó rebrotes en diversos rincones del mundo, las autoridades, la comunidad científica y la población temen que esta nueva cepa traiga muchos problemas consigo.
Delta vs. Ómicron
Lo cierto es que, en Estados Unidos, los médicos enfatizan que no se debe desviar la atención de Delta, que sigue siendo peligrosa.
Esta variante tuvo la capacidad para extenderse por todo el territorio en cuestión de semanas a principios de verano, para modificar el panorama de una nación que estaba desplegando vacunas y esperanzas con la misma rapidez.
De acuerdo a los CDC, Delta representa en la actualidad más de 99% de los casos de COVID-19 que se secuencian genéticamente en el país de América del Norte.
Ahora, el debate es saber si Ómicron tendrá la fuerza para superar las cifras de Delta.
Según la Universidad Johns Hopkins, que ha dado un seguimiento puntual de la pandemia, se producen en promedio 70 mil 94 nuevos casos de coronavirus y 730 fallecimientos diarios en EU.
Mutaciones en Ómicron
Ahora, se habla demasiado de las 50 mutaciones que caracterizan a la variante que fue descubierta en Sudáfrica, 32 de ellas en la proteína de la espiga, que es la estructura de corona que cubre la superficie del virus y se adhiere a las células humanas para infectarlas.
Pero lo cierto es que Delta tiene su propia constelación de mutaciones aterradoras, que la han convertido en la peor versión del virus hasta el momento. Tiene la capacidad de avanzar a toda velocidad, sustituyendo a variantes más preocupante que cuentan mutaciones que deberían permitirles eludir los efectos de las vacunas, como Beta, por citar un ejemplo.
Piden aplicar refuerzos de vacunas
Aun así, los CDC reforzaron su decisión de aplicar refuerzos en los adultos, que se inyectaron hace medio año de las dosis de Moderna o Pfizer/BioNTech y un par de meses después de recibir la de Johnson & Johnson.