El jugador de los Raiders Henry Ruggs III manejaba a más de 250 kilómetros por hora (150 millas por hora) y el contenido de alcohol en su sangre era dos veces el límite legal del estado de Nevada cuando estrelló el martes su vehículo deportivo contra un auto delante suyo y causó la muerte de una mujer de 23 años, según los fiscales.
Los Raiders dieron de baja a Ruggs el mismo martes, horas después del accidente.
El jugador que fue hospitalizado y dado de alta, se presentó el miércoles a una vista preliminar ante un juez, acusado de manejar en estado de ebriedad y causar una muerte por negligencia.
De ser condenado, podría se sentenciado a 26 años de prisión.
Por ahora no se reveló la identidad de la mujer fallecida.
Ruggs iba acompañado por una mujer identificada como Kiara Je’nai Kilgo-Washington, de 22 años, quien también sufrió heridas, aunque aparentemente no graves, según la policía.
El fiscal Eric Bauman dijo que la computadora del Chevrolet Corvette que conducía Ruggs reveló que el auto desaceleró de 251 kph (156 mph) a 204 kph (127 mph) antes de chocar por detrás el Toyota Rav4.
Locura de deportista y fianza millonaria
El juez Joe M. Bonaventure dijo que no recuerda haber lidiado nunca con un accidente en el que alguien viajaba a esa velocidad. El juez, no obstante, rechazó un pedido de la fiscalía de que fijase una fianza de un millón de dólares y dispuso una de 150.000 dólares, con estrictas condiciones, incluida la reclusión de Ruggs en su casa, el uso de monitores electrónicos, que no consuma alcohol y que entregue su pasaporte.
Bauman dijo que el nivel de alcohol en la sangre de Ruggs era de 0.16% y que en su auto encontraron un revólver. Ruggs brilló a nivel universitario con Alabama.
Se incorporó a los Raiders en el 2020 y se suponía que iba a ser un pilar del equipo por muchos años. Es uno de los receptores más veloces de la NFL.