Los menores de 18 años y personas de decenas de países con escasez de vacunas contra el COVID-19 estarán exentos de las nuevas reglas que requerirán que la mayoría de los viajeros que lleguen a Estados Unidos estén inoculados, anunció el lunes el gobierno del presidente Joe Biden.
El gobierno requerirá que las aerolíneas recopilen información de contacto de los pasajeros independientemente de si están vacunados con el fin de ayudar con el rastreo de contactos, en caso de que fuera necesario.
A partir del 8 de noviembre, los adultos extranjeros no inmigrantes que viajen a Estados Unidos deberán estar completamente vacunados, salvo excepciones limitadas, y todos los viajeros deberán hacerse la prueba diagnóstica de COVID-19 antes de abordar un avión con destino al país. Además se endurecerán las restricciones para los estadounidenses y extranjeros que no estén completamente vacunados.
La nueva política se anuncia en un momento en que el gobierno de Biden se aleja de las restricciones que prohíben los viajes no esenciales desde varias decenas de países —la mayoría de los de Europa, China, Brasil, Sudáfrica, India e Irán— y en su lugar se enfoca en clasificar a las personas por el riesgo que representan para otros.
Refleja también que la Casa Blanca está utilizando los requisitos de vacunación como una herramienta para presionar a que más estadounidenses se vacunen al hacerles que sea problemático permanecer sin inocular.
Según esa política, aquellos que estén vacunados deberán mostrar una prueba diagnóstica de COVID-19 negativa que deberán realizarse dentro de los tres días previos al viaje, mientras que los no vacunados deben presentar una prueba diagnóstica tomada con un día de anticipación a su viaje.
No se requerirá que los menores de 18 años estén completamente vacunados debido a que en muchos lugares aún no son elegibles, pero deberán realizarse una prueba diagnóstica de COVID-19, salvo los niños menores de 2 años.
Otros que estarán exentos del requisito de vacunación incluyen personas que participaron en los ensayos clínicos de COVID-19, que tuvieron reacciones alérgicas graves a las vacunas o que son de un país donde las inoculaciones no están ampliamente disponibles.