El riesgo de muerte prematura puede reducirse cuando las personas siguen una dieta basada en frutas, verduras y cereales integrales, según un nuevo estudio.
El estudio fue publicado en The American Journal of Clinical Nutrition y evaluó los datos dietéticos de más de 200,000 mujeres y hombres, quienes estaban inscritas en estudios gubernamentales a largo plazo –cada cuatro años durante 34 años, los participantes en el estudio rellenaron cuestionarios sobre sus hábitos dietéticos– y no padecían enfermedades graves cuando se inició la investigación.
Investigación
De acuerdo con el doctor David Katz, especialista en Medicina Preventiva y Estilo de Vida, quien no participó en el estudio, “comer más alimentos vegetales integrales, menos alimentos de origen animal y menos alimentos altamente procesados es mejor tanto para [la salud de] las personas como para el planeta”.
Katz, quien es fundador de la True Health Initiative, una coalición mundial de expertos dedicada a la medicina de estilo de vida basada en pruebas, “en este trabajo, vemos que el mismo mensaje se amplifica: seguir un patrón dietético que favorezca la salud del planeta y la sostenibilidad es directamente proporcional a reducciones significativas de la mortalidad por todas las causas”.
La investigación aseguró que consumir una dieta sana podría reducir el uso de tierras en 51%; recortar las emisiones de gases de efecto invernadero en 29% y el empleo de fertilizantes en 21%. Todo esto, afirmaron los investigadores, al mismo tiempo que se alarga la vida de los seres humanos.
Producción de Alimentos
La producción de alimentos es fundamental en la crisis climática. Por ejemplo, la cría de ganado para consumo humano, emplea grandes extensiones de tierras agrícolas y provoca deforestación, eliminación de la biodiversidad y contamina las aguas.
“Cambiar nuestra forma de comer puede ayudar a frenar el cambio climático [...] Lo que es más sano para el planeta también es mejor para nosotros”, comentó Walter Willett, autor del estudio y profesor de Epidemiología y Nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, en Boston, informo CNN.
De acuerdo con el Programa de la ONU para el Medio Ambiente, los animales rumiantes pueden emitir gases nocivos que tienen un gran impacto en el medio ambiente. Los gases que estos animales emiten y sus desechos fecales generan metano, un gas de efecto invernadero 80 veces más poderoso que el dióxido de carbono, cuando se calcula el calentamiento global a lo largo de un período de 20 años.
El efecto en la salud de los humanos
En 2019, 37 científicos de 16 países nucleados en la Comisión EAT-Lancet, crearon una dieta con dos propósitos: mejorar la salud de los seres humanos y a la par aminorar su impacto en el medio ambiente.
La propuesta hacía hincapié en el consumo de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y otras proteínas de origen vegetal, además de recomendar la reducción del consumo de carne y lácteos.
Tras analizar los datos de las 200,000 personas cuyos hábitos alimentarios habían sido estudiados durante más de tres décadas, para ver cómo se correspondían con las directrices de la Comisión EAT-Lancet.
Los investigadores concluyeron que quienes seguían más de cerca la dieta propuesta por la Comisión EAT-Lancet, tenían un 28% menos de riesgo de muerte como resultado de degeneración neuronal; 14% menos de riesgo de morir de enfermedades cardiovasculares; 10% menos de riesgo de fallecer por cáncer, y 47% menos de riesgo de morir de una enfermedad respiratoria.