Estilo de Vida

Hasta siempre Delia: adiós a la abuela que desafió a la dictadura y buscó 40 años a los bebés secuestrados por el régimen militar

Delia dejó un legado una notable luchadora por los derechos humanos.

Mujeres mayores, curtidas por el dolor pero fortalecidas por la esperanza, aseguran que Delia Giovanola murió tranquila y en paz, tras dedicar su vida a la búsqueda de personas desaparecidas durante la dictadura argentina que rigió al país entre 1976 y 1983. Ella fue una de las fundadoras de la célebre organización de las Abuelas de Plaza de Mayo, y su reciente deceso a los 96 años permitió a las nuevas generaciones conocer y valorar la labor cumplida por una dirigenta de temple incansable.

En 1977 ayudó a crear Abuelas de Plaza de Mayo, a partir de un grupo de mujeres que se manifestaban con pañuelos en su cabeza y lienzos en la emblemática plaza de Buenos Aires con el fin de localizar y restituir a sus familias todos los bebés y niños desaparecidos tras el golpe de estado y exigir el castigo para los violadores de los derechos humanos.

Empeñada en esa incansable labor, Delia pudo conocer el trágico destino de su desaperecido hijo Jorge Ogando y de su nuera Stella Montesano, y en 2015 reencontró a su nieto Martín, quien vivía en Miami.

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“Cumplí con mi promesa de hace 39 años. Estoy feliz por poder decir misión cumplida”, comentó entonces cuando fue identificado su nieto, el número 118 de los encontrados por las APM. Según los registros de las Abuelas de Plaza de Mayo unos quinientos bebés fueron apropiados por personas afines al gobierno militar, muchos de los cuales nacieron cuando sus madres estaban en cautiverio en centros tortura y de detención.

El día en que “desapareció” su familia

A los 50 años, Giovanolla era profesora en La Plata cuando en octubre de 1976 supo que una patrulla se había llevado a su único hijo y a su nuera. “Nunca pensé que esto iba a ser para siempre. Pensé que como Stella estaba embarazada de 8 meses la iban a liberar rápidamente. No pensé que iba a ser para siempre y que nunca más la vería”, declaró muchos años después.

Sus viejas compañeras de tantas batallas y pesares cuentan que la mayor felicidad de Delia se produjo en noviembre de 2015: la llamaron de urgencia desde la sede de APM para contarle que habían encontrado a Martín, su nieto de 37 años que vivía durante más de una década en Estados Unidos y se reportó a un organismo de DD.HH. Desde entonces labró una relación de amor infinito con aquel niño perdido que detonó esa lucha constante cuyos frutos le hizo morir en paz y, al fin, tan admirada por su pueblo…

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