La piel de los párpados y la que rodea a los ojos es extremadamente fina y por ello la primera del rostro en arrugarse. ¿Por qué? Es lógico, porque pestañeamos más de 15.000 veces al día y movemos los ojos continuamente: al reír, al llorar, al levantar las cejas… A eso se le suman los factores externos como la falta de sueño, dietas inadecuadas, estrés, mala circulación, exceso de trabajo.
Para mantener unos ojos jóvenes y sanos, hay que prevenir desde los 20 años. Debes tener siempre presente un desmaquillador específico para la zona y un contorno de ojos.
La revista Salud Vital recomienda escogerlo formulado para evitar rojeces e irritaciones, que no contenga perfumes y con ingredientes calmantes (girasol, hiedra, camomila…) Si utilizas gafas o tus ojos son muy sensibles, asegúrate de que haya sido probado oftalmológicamente.
Hidratación diaria
El contorno debe aplicarse dos veces al día, después de limpiar la piel y siguiendo unos pasos:
Patas de gallo
Sujeta la piel con los dedos para abrir las arrugas y rellénalas con crema mediante suaves movimientos.
Ojeras
Aplica el producto por el párpado inferior, desde el lagrimal hacia fuera, con firmeza y sin presionar. Suelen ser hereditarias, pero se agravan al no dormir lo suficiente. Usar el contorno de forma regular mejora mucho su aspecto.
Bolsas
Extiende la crema por el párpado inferior con presiones suaves y rítmicas para drenar, del lagrimal a la sien. Las que se deben a una retención de líquido puntual se deshinchan de forma natural o con un cosmético.
En los casos graves de acumulación de grasa bajo los ojos, sólo se eliminan con cirugía. La intervención dura unas dos horas y elimina el exceso de piel.
