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“Recibía 15 pichu... semanales”: Lucas Crespo reveló insólito trabajo sexual que realizó

El exGran Hermano contó el emprendimiento virtual que ideó en pandemia.

El expanelista de Gran Hermano, Lucas Crespo, reveló el insólito trabajo que realizó durante la pandemia, donde se hizo pasar por una sexy mujer que vendía contenido erótico.

Así lo contó en el podcast Es Viral donde desclasificó el curioso emprendimiento que se le ocurrió para juntar dinero, como captador de clientes dispuestos a pagar por imágenes femeninas sin imaginar que había un hombre desde el otro lado de línea telefónica.

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Si bien no se trató de una estafa ni nada parecido, hacía creer a los galanes que estaban conversando que la atractiva mujer que vendía videos para adultos.

Lucas Crespo administró cuentas de OnlyFans

“Administré un par de OnlyFans. En la pandemia me salí de la U y perdí la pega que tenía. Tenía varias amigas que hacían OnlyFans y les dije: ¿querís que te administre la hueá?”, contó suelto de cuerpo.

Producto de ello, dos amigas le entregaron sus cuentas personales para que él se hiciera cargo de hablar con los clientes.

“Les es administraba los mensajes, enviaba videos por la interna”, explicó.

Pero, eso significó que él no solamente enviaba los videos de sus amigas, sino que también recibía los que mandaban los ilusionados clientes.

“De repente los hueones me decían ‘¿quieres verlo?’ y yo ‘sí, mándamelo’. Y recibía 15 pichu... semanales y yo poniéndole ‘qué rico’, y me llevaba la comisión de los mensajes”, recordó riendo.

Sin embargo, a pesar de sentir que engañaba a los desconocidos, aseguró que “empatizaba” con ellos.

“Yo empatizaba con los hueones y decía ‘este hueón cree que está hablando con la mina, depositando 700 lucas para que le revienten las cornetas, imagínate’”, dijo deslenguado.

Incluso, contó la locura que llegó a realizar un hombre, con alto poder adquisitivo.

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“La hueá más rara que me tocó escuchar era un hueón que le pedía a la mina... un palo dos pagó ($1.2 millones), y la mina tenía que comprar gomitas, ponerlas en fila y decir que eran los nombres de los amigos del hueón e ir comiéndoselas de a poco y dejarlo a él para el último. Pasárselo por el cuerpo y toda la hueá. Ese era el fetiche”, descaseteó.

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