A solo días de la coronación del Rey Carlos III, el mundo entero tiene puesta la mirada en el príncipe William y su esposa Kate Middleton, frente a los rumores que apuntan a una presunta relación extramarital del hijo del monarca con Rose Hanbury. Todo apunta a que la princesa de Gales tendrá que compartir con la noble al ser la esposa del marqués David Cholmondeley.
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William y Rose han sido vinculados desde 2019 tras aparecer juntos en un local nocturno mientras bailaban muy de cerca en ausencia de Middleton quien recién había dado a luz a su tercer hijo en aquel entonces.
Son distintas las fotografías que han aparecido de Rose y Kate, pues ambas eran amigas antes de las polémicas fotografías de la noble con William.
Esto dicen las expresiones de Rose Hanbury y Kate Middleton
Maryfer Centeno se encargó de analizar el lenguaje corporal de Hanbury y Middleton, durante uno de sus encuentros como reales, tal como lo ha hecho con otras celebridades. Y ha sido la presunta amante del heredero la que se ha notado más incómoda.
“Rose Hanbury sí luce tensa, es una sonrisa hasta nerviosa, pero la que se ve como si nada muy quitada de la pena y sin el menor de los problemas es Kate Middleton”, realzó.
De igual manera, notó las expresiones de William quien se encontraba junto a ellas y sus comisuras podrían delatar sus mentiras e incomodidad, al tener a ambas mujeres en el mismo lugar.
“Hay una expresión de comisuras hacia abajo de un hombre que generalmente se mantiene serio y que aquí demuestra una expresión de desprecio, que no se ve nada cómoda, la más cómoda es Kate Middleton”, expresó.
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Sin embargo, la experta resaltó que esto no deja de ser una especulación y que pensar que dichos gestos podrían delatar la infidelidad, sería “absurdo”.
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Pese a todos los comentarios que ha realizado la prensa británica sobre los próximos herederos, ellos siguen apareciendo en distintos eventos demostrando que todo va viento en popa entre ellos y que no ha existido ninguna traición por parte del hijo mayor de la princesa Diana.
Son muchos quienes aseguran que la princesa de Gales habría aceptado tal infidelidad, pero ha asegurado su lugar en la corona, por su bienestar económico y para mantener la imagen de la realeza británica, así como la de su matrimonio.
