Cuando se estrenó en el año 1980, la película estadounidense La laguna azul recibió un varapalo por parte de la crítica especializada por su contenido, pero igualmente arrasó en la taquilla.
Ambientada en la época victoriana, la cinta seguía a dos primos que sobreviven a un naufragio en su infancia y encallan en una isla desierta. Con los años, crecen y se enamoran en su adolescencia.
Con un presupuesto de alrededor de 4,5 millones de dólares, la controversial producción protagonizada por Brooke Shields y Christopher Atkins recaudó casi 60 millones en Estados Unidos.
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El éxito comercial convirtió a los protagonistas del filme, dirigido por Randal Kleiser, en superestrellas internacionales. En el caso de Shields, la estrella ya era un rostro conocido a sus 14.
No obstante, Atkins no tenía ninguna experiencia ante las cámaras y fue sorprendido por la fama tras encarnar a Richard Lestrange en la trama basada en la novela de Henry De Vere Stacpoole.
Tras ser animado por un amigo, el neoyorquino de 18 años decidió ir al casting a pesar de no haber actuado nunca y el nulo apoyo de sus padres. Al final, venció a miles de aspirantes.
“El mundo del espectáculo era lo más alejado de mi mente cuando era un adolescente que crecía en Nueva York”, aseveró en una entrevista a una revista australiana Now To Love.
“Fui para tener un poco de experiencia de vida y diversión. Para mi asombro, superé a 4000 actores para conseguir el papel de Richard”, agregó en la misma conversación en el año 2021.
“Cuando era niño, mi corazón estaba puesto en convertirme en un jugador de béisbol profesional, pero una lesión en la rodilla frustró esos sueños”, compartió a la publicación en 2021.
“Entonces, me convertí en un instructor de vela que terminó dedicándose al modelaje”, contó la estrella que modeló para varias marcas como parte de la agencia Ford Models antes de actuar.
Del anonimato a ídolo, el ascenso a la fama de Christopher Atkins
Sin embargo, aunque nunca había soñado actuar, se tomó muy en serio el trabajo tras ser elegido para protagonizar el clásico de culto que cambió por completo el rumbo y los planes de su vida.
De hecho, para encarnar a Richard en la cinta de clasificación R, Christopher no solo tuvo que vestir un taparrabo la mayor parte del tiempo, también se atrevió a hacer escenas de desnudo frontal.
“Estar completamente desnudo en la pantalla fue abrumador al principio. La película se filmó en Turtle Island en Fiji, ahora un resort de cinco estrellas, pero en ese entonces una isla desierta”, dijo.
Gracias a su trabajo, se convirtió en un ídolo adolescente de la noche a la mañana; fue nominado a un Globo de Oro y parecía esperarle un gran futuro como el nuevo rubio dorado de Hollywood.
“Los fanáticos que gritaban intentaban arrancarme la ropa. De repente, estaba cubriendo revistas de todo el mundo y el volumen de correo de los fanáticos era enorme. Fue surrealista”, recordó.
Empero, desde que saltó a las aguas del medio artístico sin preparación, han pasado casi 43 años en los que mucho ha cambiado en la vida de este emblemático rompecorazones de los años 80.
¿Qué fue de Christopher Atkins tras La laguna azul?
Luego de su debut en actuación, Atkins siguió actuando de manera imparable en producciones para el cine y la televisión, pero no volvió a experimentar el éxito que vivió con La laguna azul.
Solo en los ochenta, actuó en alrededor de 12 producciones, tales como las películas Romance de un pirata (1982), Noches de pasión (1983) y Listen to Me (1989) o la serie Dallas (1983-1984).
La primera se trata de un musical de culto en donde mostró su talento vocal interpretando la canción How can I live without her. Aunque ha afirmado que no es buen cantante ni tampoco bailarín.
En aquella época, el atleta retirado también aceptó posar para la revista Playgirl. Con esta decisión, parecía explotar y abrazar el hecho de que su fama estaba muy ligada a su carisma y atractivo físico.
Él siguió actuando, pero las producciones en las que participó fueron mayormente un fracaso comercial. Además, proyecto a proyecto, comenzó a quedar encasillado en el rol de galán rubio y musculoso.
Durante su época de gloria, Atkins también adoptó un estilo de vida lleno de excesos, con fiestas y alcohol, que terminaron impactando todavía más su carrera artística en ascenso.
El amor y las pruebas se encuentran
De hecho, en una entrevista con EW, el famoso confesó que a causa de esto perdió el papel protagónico en la que pudiera haber sido la película más importante de su carrera: Footloose (1984).
“Me necesitaban para conocer a los productores y entré medio preparado porque iba camino a algún lugar y me llamaron en el último momento”, recordó.
“Entré con eso en la bolsa, y lo arruiné absolutamente. Esa es una historia real. Probablemente también habría cambiado toda mi carrera”, reconoció.
Por otro lado, también en esta década, terminó su romance con la actriz Cytnhia Gibb y conoció a la que se convertiría en su esposa: Lynne Barron.
En el rodaje de una producción para Playboy en Australia, Christopher se encontró con la modelo y el flechazo entre ambos fue instantáneo.
“Fue amor a primera vista, y seis meses después nos casamos”, contó a Now To Love. La pareja caminó al altar felizmente en 1985 en el país oceánico, pero se mudaron a Los Ángeles para establecerse.
El momento más oscuro de Christopher Atkins
Lamentablemente, al regresar, el intérprete se encontró con que su exmánager, Mick Schneider, había malversado hasta 500 mil dólares de sus clientes, incluyéndolo, informó la revista People.
El histrión quedó prácticamente en la ruina. La situación lo llevó a refugiarse en el alcohol hasta sufrir un colapso por la bebida en 1986. “No hay nada peor que tener toda la vida bajo tus pies”, dijo.
En esta época, nacieron sus dos hijos. Grant, el primogénito, llegó al mundo en 1985. Un par de años más tarde, dio la bienvenida a su hija, Brittany. Ellos lo impulsaron a retomar el control.
En 1987, entró a rehabilitación y está sobrio desde entonces “Cuando tuve a mis hijos, solo quería ser papá. Ya no quería ir de fiesta y tuve la suerte de parar”, aseveró a EW en 2009.
A partir de ese momento, actuó en todo lo que pudo y experimentó como guionista y productor. “He trabajado de manera bastante constante, he hecho más de 70 películas, pero nunca lo perseguí”, contó.
“Hice todas esas películas que no querrías que tu perro viera, pero las hice para seguir adelante”, confesó. Y es que, desde el nacimiento de sus hijos, su prioridad siempre fue su paternidad.
“Quería ser padre más que cualquier otra cosa en mi vida”, aseveró. “Enfoqué todo en eso. No quería perderme ni un minuto”. Según IMDb, Atkins ha actuado en 84 proyectos tras La laguna azul.
Entre ellos, está Suddenly Susan (1999), una serie en la que se reunió con Brooke Shields. Así como también Blue Lagoon: The Awakening (2012), la reversión de La laguna azul para Lifetime.
También participó en el reality show Confessions of a Teen Idol en 2009. En ese momento, esperaba que el programa le diera un reimpulso a su fama diluida pero no sucedió.
Por fortuna, a la par de sus proyectos como actor, ya llevaba años involucrado en un par de negocios: una empresa para fabricar y vender señuelos de pesca y otra de la instalación de piscinas de lujo.
“Realmente me gusta porque me encanta la construcción y hacer cosas con mis manos, y es muy creativo construir algo desde cero”, confesó a la misma revista.
La vida ahora de Christopher Atkins
Hoy en día, Atkins tiene 61 primaveras y el paso del tiempo le ha sentado de maravilla pues sigue siendo un galán fit, ahora más maduro y abrazando los cambios en su físico producto de los años.
Además, sigue actuando en toda clase de proyectos. Attraction to Paris (2021), Lake of Fire (2020), One Remains (2019) o The City of Gold (2018) son algunas de sus últimas películas.
Asimismo, en una entrevista con Page Six en 2021, la estrella de La laguna azul adelantó tener “una caja más que estoy persiguiendo en este negocio”.
“Realmente me gustaría construir una casa desde cero”, contó. “Escribir, producir, dirigir, todo eso y tengo un par de cosas muy, muy cercanas que me emocionan”.
Actualmente, tiene dos proyectos en los que ha estado trabajando como actor, guionista y productor: Lucky Valentine y Feathering the Wind. Aparte, tiene al menos dos producciones más.
En cuanto a su vida sentimental, Christopher se divorció de Lynne Barron en 2007, pero aseguró seguir siendo amigo de su exesposa. Luego de la ruptura, tuvo otras relaciones largas.
No obstante, en su charla con Page Six, reveló estar soltero y listo para tener una novia que sea “muy sexual” como él. “Quiero una mujer, obviamente sin drama, soy demasiado viejo para eso”, apuntó
Por supuesto, su prioridad sigue siendo su familia: sus hijos y sus tres nietos. Con estos últimos, se mantiene activo jugando y practicando toda clase de actividades divertidas.
Ahora, a pesar de que ninguno de sus planes salió como esperaba, Christopher no se arrepiente de nada en su vida porque comprende que todo lo ha llevado a donde está.
“Mi mantra, y también se lo digo a mis hijos, es que gana el que tiene más historias. No tiene nada que ver con juguetes; tiene que ver con las historias”, indicó a EW.
“Si tienes historias, has tenido aventuras. Y si has tenido aventuras, has vivido una vida. No te has sentado y lo has dejado pasar. Esa es la única cosa de la que estoy muy orgulloso: tengo dos hijos increíbles”, concluyó.
Presentemente, el público puede seguirle la pista en su perfil de Instagram, en donde comparte fotos de su vida. Además, también se dedica a hacer saludos personalizados en Cameo.