En el último capítulo de “Podemos Hablar”, Julio César Rodríguez fue al punto de encuentro para contar un momento donde no se aguantó la risa. Esto terminó en una reflexión de su carrera de televisión y su disposición en esta.
El animador señaló que después de la muerte de su hijo, él cambió de actitud en su vida, JC concluyó que uno debía expresar libremente lo que sentía, la rabia, la pena, la alegría, todo. A esto, agregó que sentía que debía escrutar a alguien que no estaba diciendo la verdad.
“Por mucho tiempo la televisión aceptó que alguien se parara en frente a tí, sobre todo la gente con poder, y te mintiera. Tú te la tenías que comer por ser respetuoso, porque la televisión siempre le rindió pleitesía al poder”, continuó.
En este sentido de humanidad y honestidad, señaló que como conductor de televisión tiene que ponerse a la altura de los televidentes. “Uno no está sobre los televidentes, tampoco está abajo. La tele es más grande, y los telespectadores no te quieren mirar para arriba, te quieren mirar de frente”, señaló.
“Como comunicador para ganarte eso, tienes que, a veces, no ser cariñoso, no ser tan popular o decir lo que se ‘debería’ decir, tratar de sacar afuera tus emociones con la gente, para compartirlo con la gente”, reflexionó.
Julio César Rodríguez señaló que la autenticidad tiene un gran valor para las personas, “el cariño que no tiene que ver con que si soy de lo más populares”, concluyó el periodista.