El camino al altar para la actriz Irina Baeva ha sido muy largo, intrincado y al parecer será clausurado al final, pues la boda tan esperada por todos se ha cancelado en tres oportunidades. Los rumores de su separación del también actor Gabriel Soto, cada día crecen más y se evidencia en sus conductas, aunque ellos sostienen firmemente que se siguen amando apasionadamente, pero sus proyectos los mantienen distanciados en cuerpo, más no en el alma.
La pareja había estado en Estados Unidos y a mediados de noviembre se les vio juntos de nuevo, por primera vez, desde mayo cuando dejaron de publicar en sus redes fotos de ellos como pareja. Participaron en el programa De noche y sin sueño, conducido por Adrián Uribe.
A su regreso a México, la pareja trató de calmar las especulaciones sobre la ruptura, ya que ella había celebrado su cumpleaños en Dubai al ritmo de Monotonía, canción que Shakira le dedicó a su expareja Gerard Piqué, y él le dedicó un frío mensaje.
Pero en los últimos días, los rumores volvieron a tomar fuerza, pues se dice que Soto le descubrió unos mensajes subidos de tono con su exnovio, Emanuel Palomares. Además, presuntamente, ella no tenía una buena relación con las dos hijas del actor de 47 años. Pero un contrato comercial, que está por terminar, sería la razón de por qué aún siguen juntos.
¿Y los vestidos de novia?
Lo cierto es que ellos habían anunciado con bombo y platillos, incluso, le vendieron la exclusiva de su boda a la revista ¡Hola!, quien publicó las pruebas de los trajes de blanco el año pasado. Ella quedó fascinada por un modelo ceñido al cuerpo con cola de sirena, un escote en corazón y con margaritas en blanco que cubrían todo el vestido, porque este presentaba su personalidad.
Pronovias era la empresa encargada de vestir a Irina en su día más especial y que la modelo no solo usaría uno, sino dos trajes de novia, así lo manifestó el propio Gabriel hace seis meses para varios medios de comunicación a su llegada al aeropuerto de México.
Él informó que no solo fue una prueba, sino que formaron parte del lanzamiento de una colección nueva de la empresa. Además, agregó que querían casarse en Acapulco, México, pero que la fecha que tenían en mente no podría ser posible, pues era época de lluvia.
La artista de 30 años en su momento también manifestó: “¿Les cuento algo? (Pronovias) harán mi vestido o vestidos de novia, ¡así que más inspirada y emocionada imposible!”, pero Irina esta semana sufrió de amnesia temporal y negó rotundamente que ella compró algún vestido para casarse.
“No (compré el vestido de novia en España); ¿cuándo fue? No me enteré. (...) Creo que no es el momento de hablar de temas personales”, aseveró en una publicación de People en Español. Ella asistió sola al evento de la revista GQ el 27 de noviembre, porque Gabriel estaba grabando.
Lo cierto es que hay que esperar que el tiempo transcurra para saber quién miente y quién tiene la razón.