Talina Fernández es es una de las figuras más respetables de la televisión mexicana por su amplia trayectoria como actriz, locutora y conductora. A sus 77 años se ha convertido en un ejemplo de fortaleza ya que no sólo sigue trabajando en lo que ama sino que ha aprendido a transformar su dolor en grandes oportunidades de crecimiento personal.
La conductora se enfrentó a la muerte de su hija Mariana Levy, quien en 2005 tras un intento de asalto, sufrió un ataque cardiaco del cual no sobrevivió. En ese momento, la actriz y cantante con su hija María, de entonces 8 años.
Talina no sólo tuvo que aceptar la pérdida de su querida hija sino que asumió la responsabilidad de criar a María.
Fue en agosto de 2005, unos meses después del deceso de Mariana, que la conductora confirmó al programa La Oreja que la justicia le otorgó la tutela de María.
“Efectivamente me habló la licenciada para decirme que el juez había fallado a mi favor, es un hecho que María es mi hija, faltan trámites administrativos. Estoy celebrando una nuevo nacimiento en mi vida, que es mi hija María”, dijo en ese momento.
La propia Fernández fue quien solicitó la adopción de su nieta y el padre de la pequeña, y primer marido de Levy, Ariel López Padilla, aceptó sin poner condiciones. “Ella no entiende el proceso de adoptarla, tendré que explicarle que no es perder, sino ganar”, comentó Talina.
Este 2022, en medio de una supuesta crisis de trabajo, María creó un podcast junto con Talina llamado “Platicando con mi abuela” en el que cuentan historias y hacen confesiones de sus vidas privadas para dejar grandes lecciones.
Sin duda cada episodio es una muestra de la gran complicidad que hay entre ambas. En una reciente dinámica con la revista Quien en la que se retaron para ver quién conocía mejor a la otra, la conductora dijo:
“Yo creo que la conozco bien. Es mi niña que aunque no sea de mis entrañas es mía, mía, mía”.
Madre no es sólo la que engendra, también es la que cría
Sabiendo todo lo que ha pasado, las palabras de Talina adquieren un significado muy especial y que es abuela materna de María pero también ha sido una madre para ella pues es quien se ha encargado de criarla.
Tradicionalmente, los niños tienen a sus padres para criarlos y enseñarles valores pero a veces, por circunstancias de la vida, pueden terminar a cargo de alguien más.
Las abuelas pueden ser grandes guías y unas madres amorosas para los nietos que tengan a su cargo.
Quizá habrá veces en las que no se entiendan y que por la breche de edad, cuestionen su autoridad y desestimen sus intenciones pero al final, sólo una abuela presente y amorosa puede dar abrazos, guardar secreto y compartir momentos felices como una mamá.
Talina quizá no engendró a María pero ante la ausencia de su madre, la vio crecer y la formó como la mujer que es ahora. Como madre e hija tuvieron sus desacuerdos y momentos de rebeldía pero siempre estuvieron juntas.
“Yo no me podía morir con ella porque tenía que ver por María, el gran amor de mi hija. Para mí, fue un privilegio tenerla. Pasamos momentos difíciles en la aborrecencia, pero es un ser humano de bien, con vergüenza, con respeto, con ambiciones, sin pisar a los demás. Yo estoy profundamente orgullosa de ella”, dijo Fernández sobre lo que significó la presencia de María en su vida tras la muerte de Mariana.
