Evaluna nos recuerda dejar de presionar a las mujeres en posparto por no tener abdomen ‘perfecto’

El reciente caso de Evaluna es la demostración que la sociedad sigue presionando a las mujeres por lucir una figura perfecta, incluso en el posparto.

El reciente caso de Evaluna es la demostración perfecta que la sociedad sigue presionando a las mujeres por lucir una figura perfecta, incluso en la etapa donde más cambios hormonales y corporales se producen: el posparto.

Como si no fuera suficiente adaptarse a criar a un pequeño bebé, sobrellevar las emociones revueltas, el cambio de vida y de rutina, también deben soportar comentarios odiosos sobre su aspecto.

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La cantante venezolana puede dar fe de esto. Desde que tuvo a su primogénita, Índigo, su abdomen no deja de ser un tema de conversación por internautas y medios: si luce abultado, cuántos kilos ganó, si es más desaliñada ahora y ¡hasta le preguntan que sí está nuevamente embarazada!

Esta molesta situación ya le ha pasado a otras famosas de la talla de Kourtney Kardashian, que en ocasiones ha roto el silencio recordándole a las personas que, al igual que todos, su abdomen también se inflama y a veces puede oscilar su peso.

Esto ha llevado a más de una a hacer dietas restrictivas, entrenamientos exhaustivos y hasta poner su salud en peligro por exigirse antes de tiempo para cumplir con un cánon de belleza.

La propia Kylie Jenner, después de tener a su segundo hijo, reveló que iba a tomarse las cosas con calma aunque había cierto morbo por conocer su primera foto posparto: ¿seguía siendo una sirena curvilínea o la sociedad podía regocijarse con sus kilos de más, como si esto fuese algo despreciable o extraño?

Los casos de estas famosas, incluyendo el de Evaluna, llaman a ser más empáticos con las mujeres en su posparto y en general: basta de creer que tenemos la potestad de opinar de cuerpos ajenos y darle tanta importancia a este aspecto superficial.

El verdadero valor de una mujer no radica en cómo luce, sino en su talento, inteligencia y atributos que ponga a beneficio del mundo. Lo menos que necesitamos es seguir siendo juezas (y a la vez víctimas) de estándares irreales que es hora de superar.

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