Merecía otro final. Alexander Zverev y Rafael Nadal estaban animando una gran exhibición de tenis en una de las semifinales de Roland Garros, cuando en el duodécimo juego del segundo set el alemán sufrió una lesión de tobillo que lo terminó sacado del partido.
“Sascha” se torció el tobillo derecho y se desplomó sobre la arcilla de la Philippe Chatrier acusando fuertes muestras de dolor. Sus desgarradores gritos pusieron en evidencia que se trataba de algo grave.
Tanto por el dolor como por la frustración de no poder continuar en el partido, Zverev rompió en llanto generando un momento de mucha conmoción.
La asistencia médica determinó que el tenista de 25 años debía abandonar la cancha en silla de ruedas, lo que cargó de mayor dramatismo la triste escena.
Minutos después de salir en silla de ruedas, Alexander Zverev volvió a la Philippe Chatrier caminando con ayuda de muletas, para poder despedirse del público presente, recibiendo una calurosa ovación.
A dicha ovación de sumó Rafael Nadal, quien le dedicó las siguientes palabras a su colega: “Estoy muy triste por él porque sé lo que es que te pase algo así. Es muy buneo y seguro que ganará más de un Grand Slam”.