En medio del duelo entre Unión Española y Ñublense ayer lunes en Santa Laura, desde el sector en el que tradicionalmente se ubica la barra hispana se desplegó un lienzo con la siguiente frase: “Sexo, copete... ¿Y el fútbol?”.
El asunto llamó la atención, fundamentalmente por el contenido del mensaje. Horas después se supo que aquella frase es parte de una acusación por parte de la barra de Unión acerca de un presunto acto de indisciplina de algunos jugadores del elenco dirigido por César Bravo.
Y es que fue la Coordinación Furia Roja la que se encargó de entregar más detalles al respecto, a través de un comunicado publicado en sus redes sociales.
“Como Coordinación Furia Roja queremos manifestar nuestro más profundo rechazo y malestar con el comportamiento de algunos jugadores de nuestro club, quienes a pesar de la dolorosa eliminación de Copa Sudamericana en Antofagasta y el mal desempeño, no encontraron nada mejor que salir de fiesta post partido, regresando en evidente estado de ebriedad acompañados de alrededor de 7 mujeres, con quienes se mantuvieron hasta altas horas de la noche, causando destrozos en el hotel donde se hospedó el club”, partió manifestando la barra hispana.
“Si bien cada jugador es libre de llevar su vida privada de la manera que le plazca, creemos que parte de sentir la camiseta y respetar, tanto al cuerpo técnico como, principalmente, a toda la hinchada de Unión Española, es guardar un mínimo de respeto, en atención al mal desempeño y resultados ya antes mencionados”, continuó.
Del mismo modo, la agrupación de hinchas sostuvo que “desde nuestro sector, exigimos que los jugaodres involucrados, de quienes conocemos sus identidades, muestren las mismas ganas que tuvieron de ‘carretear’ y hacer destrozos, dentro de la cancha, para enmendar el rumbo, el cual nos tiene eliminados de copas internacionales”.
Hasta el momento, Unión Española no ha emitido ninguna declaración oficial al respecto. Eso sí, según informó Radio Cooperativa, desde la directiva hispana iniciaron una investigación para aclarar lo sucedido.