Una nueva marca asoma en el panorama automotriz nacional. Acá, eso sí, no hay diseño refinado ni alto equipamiento tecnológico. Lo que hay es una muestra de poder extremo y de capacidad de superar todos los terrenos, sin poner una pizca de problemas.
Eso es lo que propone UAZ, una marca rusa que entró tibiamente y que ya está en una última fase de presentación. Por ahora, la firma tiene disponible un único modelo, llamado Hunter, y que tiene un solo objetivo en mente: ser imparable.
Disponible en dos variantes, Clásico y Expedition, el Hunter trae todo lo que se necesita para que un cruce de río, un paso por mucho barro o una trepada en una ladera empinada no sea problema. Tiene un ángulo de entrada de 50º, 33º de salida y una profundidad de vadeo de 500 milímetros.
Su fuerte está en sus prestaciones. El UAZ Hunter equipa un motor 2.7 bencinero de 93 octanos que desarrolla 135 hp y 217 Nm, se asocia a una caja mecánica de cinco velocidades y posee 4×4 con reductora, tracción trasera permanente y delantera de conexión rígida.
Dirección hidráulica, recubrimiento lavable del suelo, carrocería metálica, portón trasero de apertura lateral, parachoques metálico delantero y ganchos de remolque en el parachoques componen al Hunter. Winche, techo desplegable, frenos ABS y autobloqueo de diferenciales son opcionales.
Su interior y look no es lo mejor y eso es porque este Hunter no está pensado para andar de “lindo”. La compañía habla de funcionalidad en su cabina, con un espacio respetable y asientos traseros 60/40 que se pueden abatir en 180 grados para quedar como camas. Hay un opcional de aire acondicionado, pero no más.
Apto para cualquier clima (como cualquier ruso de orientación militar) y hecho en la fábrica rusa de Ulianovsk, el UAZ Hunter llega a un precio que parte en los $11.990.000 más IVA y es netamente un producto muy de nicho, mirado para quien es “jeepero” de alma y que no tiene como prioridad mucho equipamiento de tecnología. Acá, lo que importa es pasar por donde sea.