Después de un siniestro, accidente o marca, nos preocupamos de lo que sucedió en el auto, pero nos centramos común y mayormente en la carrocería, dejando de lado con lo que sucede en la pintura del vehículo.
Por eso, nos olvidamos de ese aspecto, lo que afecta directamente al auto no solo por su apariencia, sino por su eventual devaluación si no se trata adecuadamente. En ese sentido, desde Basf entregan tres consejos para salvar este aspecto antes de que sea demasiado tarde.
- Acudir a talleres certificados. Es conveniente elegir proveedores de servicios en carrocería y pintura certificados que garantizan excelentes resultados en la reparación. Es importante que trabajen con profesionales capacitados y con productos de repintado automotriz de calidad, ya que el accidente hará que la pintura pierda su protección original.
- Revisar toda la superficie del auto antes de llevarlo al taller. Antes de dejar el auto en un taller mecánico para realizar las reparaciones, se debe evaluar si no hay otras marcas que puedan llevar a futuros puntos de corrosión. Hacer esta revisión previa es importante, ya que además permite detectar la suciedad acumulada que puede llegar a dañar la pintura de forma permanente y hasta oxidar la superficie. Para evitar manchas permanentes, se deben secar las superficies con toallas suaves o trapos de gamuza y recordar que las luces no deben limpiarse con productos abrasivos o con alcohol.
- No intentar arreglar el daño sin la ayuda de un experto. Evitar arreglar los daños leves sin la ayuda de profesionales. Si no se realiza un mantenimiento periódico adecuado de la pintura, perderá brillo y resistencia a las influencias externas. Luego de un viaje, es fundamental remover derrames de combustible, insectos y excrementos lo más pronto posible para interrumpir el ciclo de penetración de sus componentes y lavar el exterior con abundante agua fría o cálida y limpiadores neutros. Pulir o aplicar cera sin lavar la superficie, utilizar agua caliente y esponjas abrasivas o usar los mismos productos con los que limpiamos la casa o la ropa pueden decolorar y manchar la superficie y hasta causar daños a largo plazo. Algunos compuestos químicos (solventes, queroseno, alquitrán de asfalto, salitre o agua de mar) pueden causar daños y que la temperatura de la superficie del vehículo puede llegar a los 60°C y hasta acelerar el proceso que causa daño.
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