La movilidad eléctrica y autónoma están cada vez más cerca. Y Nissan es una marca que está determinada a hacer uno de los líderes en esa revolución, tal como lo ha demostrado el fabricante japonés en el desarrollo del congreso Nissan Futures en Sao Paulo, Brasil. En la ocasión, además de mostrar sus avances en el trabajo científico de los vehículos que se manejan por cuenta propia, la marca reveló un estudio realizado en Latinoamérica, donde se demuestra el interés de la opinión pública por embarcarse en estas nuevas tecnologías.
De acuerdo con un estudio comisionado por Nissan en América Latina, 8 de cada 10 personas están abiertas a comprar un vehículo eléctrico.
En este mismo estudio, realizado por la empresa C230 -brazo consultor del Think Tank Fundación IDEA-, se observa que, con acciones adecuadas, la región tiene oportunidades para acelerar la adopción de vehículos eléctricos y autónomos. Mientras que el 80 por ciento de los latinoamericanos han escuchado hablar sobre vehículos eléctricos, pero sólo uno de cada 10 ha viajado en uno de ellos.
Los resultados más destacados del estudio fueron compartidos durante el evento Nissan Futures América Latina, en San Pablo. En el evento, Nissan reiteró su compromiso con impulsar el futuro de la movilidad en la región, a través de su visión de marca Nissan Intelligent Mobility, la cual busca cambiar la manera en que los automóviles se impulsan, conducen e integran con la sociedad.
C230 encuestó a 5.700 personas en cinco países de la región: Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú, con el objetivo de conocer el grado de apertura en la región hacia nuevas tecnologías de movilidad.
El estudio también contribuyó para detectar otros datos relevantes acerca del tema. Por ejemplo, que el 80 por ciento de los encuestados estarían dispuestos a adquirir un vehículo eléctrico, ya que los consideran una solución que contribuye con la reducción de la contaminación ambiental. El
73 por ciento opina que el gasto de cargar un vehículo eléctrico es menor al gasto de hacerlo con combustibles fósiles.
Si bien existe una clara apertura para adquirir y conocer más acerca de los vehículos eléctricos, se identificaron algunas barreras que los encuestados expresan como principales preocupaciones relacionadas con la adquisición de un vehículo eléctrico. Así, el 75 por ciento de los encuestados piensa que localizar un punto de recarga puede ser complicado. Al 60 por ciento le preocupa que la carga disponible en este tipo de vehículos no sea suficiente para completar sus recorridos diarios. Para el 63 por ciento la preocupación es que el tiempo de carga de la batería sea demasiado largo.
El nivel de conocimiento y actitud hacia los vehículos con tecnología autónoma muestra que existe la oportunidad de explorar el tema en la región.
Únicamente el 35 por ciento de las personas consultadas han oído hablar de vehículos autónomos. Sin embargo, el 69 por ciento expresó que estaría dispuesto a hacer uso de un vehículo autónomo una vez que se les explicó el alcance de los mismos.
El 54 por ciento expresó una opinión positiva sobre los vehículos autónomos, principalmente en cómo estos pueden ayudar a mejorar la movilidad y seguridad en las calles de ciudades latinoamericanas.
El 58 por ciento de los encuestados consideran que los vehículos autónomos mejorarían la movilidad en sus ciudades, y 6 de cada 10 consideran que sus traslados serían mucho más cómodos con este tipo de vehículos.
El 70 por ciento considera que la ocurrencia de accidentes podría disminuir con el uso de vehículos autónomos, y el 72 por ciento opinó que, en caso de ocurrir un incidente, este sería menos grave.
Finalmente, el 64 por ciento de las personas consultadas estarían dispuestas a adquirir un vehículo autónomo si el costo de este fuera similar al de un vehículo regular.
Los hallazgos de este estudio permiten conocer la opinión de los consumidores hacia nuevas tecnologías de movilidad, dejando claro que la adopción de vehículos eléctricos es viable en la región gracias a la percepción positiva que existe hacia este tipo de vehículos.
En el caso de las tecnologías de movilidad autónoma, mientras existe la oportunidad de compartir más información y conocimiento acerca del tema, también se ve un nivel positivo de aceptación en la medida en que estas puedan aportar a la mejora de la calidad del aire, tiempos de traslados y seguridad vial en las calles.