Distintos medios internacionales han relatado que la reina Isabel II ha realizado varias conferencias a través de Zoom. Y al igual que millones de personas en el mundo, también ha utilizado la plataforma para estar en contacto con su familia. Pero su más reciente videollamada, no tuvo este propósito. Sino que utilizó la plataforma para conocer su nuevo retrato, pintado por la artista Miriam Escofet
La obra fue encargada por la Oficina de Asuntos Exteriores y de la Commonwealth (FCO) como un «tributo duradero al servicio de Su Majestad».
Les presentamos el retrato de Su Majestad la Reina de la artista Miriam Escofet, pintado recientemente a pedido de la Cancillería 🇬🇧 y que desde ahora se exhibe en la sala de recepciones. https://t.co/ojfq7rxPWC
— UK in Chile 🇬🇧🇨🇱 (@UKinChile) July 27, 2020
¿Cómo fue su reacción?
Sir Simon McDonald, subsecretario de Estado permanente para asuntos exteriores y de la Commonwealth y jefe del Servicio Diplomático, organizó la presentación virtual junto al artista en el FCO. Ambos, descubrieron el gran cuadro a tamaño natural, que estaba tapado con una tela. La Reina vio su retrato por primera vez en ese momento desde la pantalla de su ordenador. La pintura, de una evidente altísima calidad, tardó 7 meses en ser creada por su autora.
¿Cómo la evaluó la protagonista? Según señalan, Isabel II sonrió en cuanto lo vio. También preguntó cuánto tiempo le había llevado el gran trabajo y aseguró que esperaba poder verlo en vivo y en directo algún día. Pero la Reina, siempre muy observadora, se fijó en un detalle minúsculo.
¿En qué se fijo la Reina?
En el cuadro, ella aparece sentada. A su lado hay una mesita sobre la que hay colocados un jarrón con flores y una taza de té. La autora del cuadro explicó a la Reina que se había decidido por una taza de té para incluir en ella las insignias del FCO. «De repente, este objeto tan cotidiano, la taza, muestra este simbolismo que representa el FCO y vincula el retrato a su destino», explicó después Escofet a ‘Daily Mail‘.
Pero la respuesta de la Reina fue completamente inesperada: «Pero, no hay té en la taza…». «Me temo que el té ha sido sacrificado por el simbolismo», añadió. al parecer, nadie se había dado cuenta de ese detalle en particular. ¿Se le habrá olvidado a la artista?