Hay historias que conmueven, aún en medio de la inédita situación generada por la pandemia del coronavirus. Una de ellas es la del viaje que hizo Mara, una elefante que viajó desde Argentina a su nuevo hogar en un santuario en Brasil.
Mara pasó 50 años en cautiverio. «A los dos años la vendieron a un circo en Argentina, en el que pasó 25 años», informa El Diario, de España. La operación del viaje implicó la reapertura de la frontera entre Brasil y Argentina, cerrada por el coronavirus.
Pero, valió la pena. Mara recorrió 2.335 kilómetros hasta el Global Sanctuary for Elephants, el único en su tipo en América. Allí se dedicó a explorar una zona natural, proteger su piel con lodo y hacer amigos.
LA ELEFANTE ESTÁ FELIZ, SOSTIENEN EXPERTOS
Aunque Mara pasó momentos felices en el Zoológico de Buenos Aires, este parque cambió su filosofía. Ahora solo tendrá especies autóctonas de Argentina, por lo que los animales exóticos han sido reintroducidos en hábitats naturales.
«Mara está, básicamente, adaptándose a un nuevo entorno. Pastó libremente por primera vez en su vida», contó a la agencia Télam, Scott Blais, director del centro. La reserva está ubicada en el estado de Mato Grosso.
También hizo una amiga. Rana, otra elefante que vive en el santuario, se acercó a Mara y juntas han compartido. «Es como si existiese una conexión entre ellas. Con los elefantes no sabemos qué va a pasar, pero lo de Mara ha sido sorprendente», agregó Blais.
SE HA BAÑADO EN LODO PARA PROTEGER LA PIEL
Los años de cautiverio no hicieron mella en sus instintos. Apenas pudo, Mara se bañó la piel con lodo para protegerla. También comió tranquilamente y luego durmió. «Esa es básicamente su rutina: comer, pastar, dormir», agregó Blais.
CNN informó, en 2016, de la apertura del santuario. «Se atienden animales que han sufrido traumas por años de cautiverio», reseñaron. Ese es uno de los retos de Mara: compartir con los otros elefantes que viven en la reserva.