Glen Pinnion, un guardia de seguridad de 44 años, salió a caminar con su perro llamado Steve por las calles de la ciudad inglesa de Leeds, en donde Marcelo Bielsa dirige al equipo local.
En esto se encontraba cuando le lanzó un palo al can para que fuera a buscarlo. Lo llamativo es que éste no volvió con eso, sino que con un juguete sexual en su hocico, el cual encontró en los arbustos en donde había caído la rama.
«Había un grupo de muchachos tomando bebida afuera de un pub. Empezaron a reír y señalar. Miré de cerca y me di cuenta de que no era un palo sino un gran pene grande y flexible. Y él no lo dejaría. Comencé a correr para llegar a casa lo más rápido posible», relató a The Sun su avergonzado dueño.
El problema fue que mientras avanzaban a toda velocidad, se encontraron con personas que salían de un funeral, quienes quedaron mirando al perro.
“Después de algunos intentos, dejó de afirmarlo con el hocico y lo dejó caer. Fue tan vergonzoso», afirmó.
Tras el singular episodio, Glen reveló que no era la primera ocasión que el perrito realizaba un hecho así de insólito. «Una vez tuve que llevarlo a los veterinarios porque se comió un colador», indicó.
«Él también masticó una plancha, quitó nuestras tablas de bordear y ha comido sostenes, calcetines y pantalones. El es muy cariñoso. En esta ocasión, sin embargo, no queremos alentar su naturaleza amorosa, así que hemos guardado el juguete», remató el hombre