María Inés Contreras Figueroa, de 68 años, viajó a Cancún con sus dos hijos Fabian y Manuel Valderrama, además de las parejas de ellos y sus nietos. Allí, sus dos retoños aprovecharían el paradisíaco destino para contraer matrimonio con sus respectivas novias.
Por lo mismo, esta familia oriunda de Arica esperaba pasar unos maravillosos e inolvidables días en el balneario mexicano. Sin embargo, en el marco del viaje en un tour a Isla Mujeres, la mujer sufrió una lesión en una de sus piernas.
«Volvía, el barco se movió y mi madre dio un paso en falso, golpeándose la pierna derecha (…) fue un golpe que provocó una pequeña laceración», señaló Fabián a Radio Biobío.
A partir de esto, en palabras del propio hijo de la mujer, el viaje terminó convirtiendo en una tortura. Porque si bien de inmediato no comenzó a tener problemas, el pasado 6 de mayo cuando estaban en pleno matrimonio, María Inés empezó con las complicaciones.
«Cuando estábamos en pleno acto de la ceremonia nosotros… cuando la gente se paró para darnos el abrazo mi madre no se levantaba (luego) se levantó, me abrazó y se puso a llorar», afirmó Fabián.
El diagnóstico médico
Debido a que contaban con seguro de viaje, la llevaron a un médico en donde la diagnosticaron con «traumatismo por un esguince», por lo que la enyesaron y la enviaron de vuelta al hotel.
Al día siguiente, los dolores aumentaron y volvieron al centro asistencial. Allá recomendaron ir a visitar un hospital con mayores recursos, ya que era un centro primario de salud.
Sin embargo, los gastos superaban la cobertura del seguro, por lo que debieron ellos gastar dinero para contratar una ambulancia que llevara a su madre al Hospital Galenia de Cancún.
Además, debieron cubrir los 12,5 millones de pesos que costó en total todos los días de hospitalización y exámenes, los cuales no ayudaron mucho porque allá la mujer empeoró y debieron nuevamente trasladarla a otro recinto.
«El miércoles 8 vinimos al hospital y nos encontramos con nuestra madre muriéndose, tenía dificultad para respirar y la presión por los suelos», señaló su hijo.
Producto de la mala atención recibida, decidieron reclamar a la dirección del hospital logrando que la mujer fuera derivada a la Unidad de Cuidados Intensivos. Lo malo es que no había cirujano que atendiera a la paciente, por lo que costearon ellos la visita de un facultativo.
El médico que atendió finalmente a María Inés señaló que presentaba una septicemia y un shock séptico, por lo que debían amputarle la pierna sino la infección avanzaría, poniendo en riesgo su vida. Ante eso, los hijos autorizaron el procedimiento.
Piden ayuda
Acorde al relato de Fabián al citado medio, ya no tienen recursos para seguir costeando el tratamiento de su madre y desean volver a continuar con la recuperación de la mujer en Chile.
En ese sentido, aseguró que pidió ayuda al consulado chileno en México, no recibiendo ningún tipo de auxilio ya que no tienen recursos. Al respecto, afirmó que solamente le ofrecieron contratar un avión ambulancia cuyo costo es de 80 mil dólares.
Finalmente, indicó que tanto él como su hermano están durmiendo en el suelo del hospital ya que no cuentan con dinero, por lo que decidieron hacer público lo ocurrido para solicitar ayuda y poder volver a nuestro país.