Lo que encontraron los paramédicos que llegaron a atender a Ugo Leonardo, un joven brasileño que estudiaba medicina en Paraguay, era impactante. El sujeto de 34 años, vivía un episodio psicótico tras terminar con su novia -sumado a un posible consumo de drogas- por lo que se encontraba desnudo, con heridas en sus genitales y sin sus ojos, el que minutos antes se había arrancado con sus propias manos.
El hombre deambulaba desnudo por el barrio Juan E. O’Leary, más conocido como barrio Catedral, de Ciudad del Este, generando alerta entre los vecinos, que llamaron a los servicios de emergencia.
En medio de los asustados testigo, Leonardo repentinamente se arrodilló y levantó las manos al cielo. Segundos más tarde, empezó a arrancarse los ojos, logrando extraer primero el globo ocular izquierdo.
Una vez que lo extrajo de su cara, lo lanzó al suelo y mientras los transeúntes buscaban evitar que hiciera lo mismo con el derecho, notaron que había alcanzado a removerlo.
Según los testigos, el hombre había entrado temprano a la iglesia del sector, supuestamente para confesarse.
Un brasileño aparentemente dopado, totalmente alterado, intentó sacarse algunos miembros de su cuerpo a tal punto que consiguió quitar con los dedos uno de sus ojos, lado izquierdo.
Su nombre sería Hugo Magallanes, según reportó la Policía. pic.twitter.com/vgkj4a71U3
— Blas Rodríguez (@BlasRodri10) May 8, 2019
Problemas mentales
Según confirmó la policía, Ugo fue atendido en la iglesia por el padre Milciades Acuña, con quien se confesó.
Sin embargo, se retiró apresuradamente de la iglesia dejando en el estacionamiento del sitio sus pertenencias: una moto, su casco, su celular, unas llaves, unos anteojos y una billetera con sus documentos.
Luego de arrancarse los ojos el sujeto intentó también arrancarse los genitales ante la mirada de los testigos.
De acuerdo con las primeras versiones reportadas por los medios locales el joven habría reaccionado de esa forma por sus alucinaciones, sin embargo, sus amigos afirmaron que se debió a la depresión por haber terminado con su novia.
El médico que atendió a Ugo, Federico Schrodel, detalló que «él llegó ya sin ambos globos oculares. Es la primera vez que vimos una automutilación, por doloroso que es. Lo extraño es que él no0 parecía reaccionar ante el dolor en ese momento».